lunes, 22 de octubre de 2007

Kaczynski reconoce derrota

Jaroslaw Kaczynski
El resultado es un rechazo a las políticas euro escépticas y nacionalistas de Kaczynski.

El primer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, reconoció su derrota en las elecciones generales.

Kaczynski dijo que su partido Ley y Justicia "había fracasado contra un amplio frente", luego de que los resultados le dieran un 31%, contra el 44% de su rival de centro-derecha.

Encuestas a boca de urna indicaban desde temprano que la centroderechista Plataforma Cívica se perfilaba como ganadora, y que estaba muy cerca de lograr una mayoría parlamentaria.

El corresponsal de la BBC en Varsovia, afirma que tal resultado sería un rechazo masivo a las políticas euro escépticas y nacionalistas de Kaczynski y de su hermano gemelo, el presidente Lech Kaczynski.

Ambos gobernaron Polonia durante los últimos dos años.

Donald Tusk
El líder de la Plataforma Cívica, Donald Tusk, celebra el resultado electoral.

Por su parte el líder de la Plataforma Cívica, Donald Tusk, prometió un rápido crecimiento económico y la reconstrucción de las tensas relaciones con los vecinos de Polonia, y los aliados de la Unión Europea.

Las elecciones tuvieron lugar dos años antes de lo previsto, debido al colapso de la coalición de gobierno del primer ministro Kaczynski, que se vio envuelta en un escándalo de corrupción.

Proceso polarizado

Los protagonistas centrales de las elecciones de este domingo fueron el conservador Partido Ley y Justicia de Kaczynski y la centroderechista Plataforma Cívica.

El influyente diario Gazeta Wyborcza había advertido el sábado que la abstención podría ser muy elevada, y publicó gran parte de su primera plana en blanco en representación de 60% de votantes que no participaron en las elecciones parlamentarias de hace dos años.

Votante en Polonia
Muchos ciudadanos están polarizados por las políticas de Kaczynski.

Para algunos, las elecciones de este domingo han sido las más importantes que celebra el país desde la caída del comunismo en 1989.

Polonia es ciertamente una nación polarizada entre simpatizantes y oponentes de Kaczynski.

El derrotado primer ministro de 58 años creía que el Estado estaba deteriorado, y que él era el primer político que trataba de arreglarlo mediante el otorgamiento de poderes adicionales a las agencias anticorrupción y la purga de ex comunistas.

Kaczynski también promovió una política exterior decidida y valores católicos tradicionales.

Sus políticas y su estilo no satisfacían a sectores urbanos acomodados y bien educados, que prefirieron al partido pro-empresarial Plataforma Cívica de Donald Tusk.

Los dos partidos intercambiaron insultos durante la campaña, aunque ambos tienen raíces en el anticomunista movimiento Solidaridad.

Algunos polacos todavía piensan que una coalición entre ellos le ofrecía al país la mejor oportunidad de tener un gobierno estable.

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