domingo, 14 de octubre de 2007

"Estuve dos horas llorando"

Los efectos del temporal

Vecinos de El Verger y Els Poblets se afanaban ayer en la retirada de la avalancha de barro que ha arruinado sus casas

"En cuestión de minutos, el agua llegó al metro y medio en la cocina. Cogí a mi perra y me subí a la terraza. Estuve dos horas llorando, muy asustada. Estaba sola". Este es el relato de Esperanza Zamora, de 67 años, una mujer viuda, vecina de la calle de Girona, en Els Poblets. El agua ha arruinado todos sus enseres domésticos. "Lo he perdido todo. La tele, las sillas, la cama". "¿Crees que alguien me ayudará?", pregunta al periodista entre sollozos. A su lado, sus hijos se afanan en la retirada del lodo y los escombros que cubren toda la planta baja de la casa.

Una anciana fue dada por muerta por los cortes de carreteras que hacían difícil llegar al hospital

El caso de Esperanza no es el único. Cerca de 300 vecinos de Els Poblets han sufrido inundaciones en sus viviendas, según datos de la Policía Local. Los más afectados son los que residen a la altura del primer puente del río Girona, a la entrada del pueblo. "Tengo miedo de entrar en mi casa. La fuerza con la que irrumpió el agua en el sótano ha minado los pilares, y esto puede caerse en cualquier momento. Hemos perdido todo, incluido tres vehículos que teníamos", señala Rafael García, que junto a su mujer Amparo Mas, se da un respiro en la retirada escombros de la casa. "Mi marido entró en la casa, con un metro de agua, suerte que la puerta cedió, si no nos matamos", explica ella.

El comentario del resto de vecinos de esta localidad, de apenas 2.000 habitantes, es muy similar. "Esto es una ruina. No me ha quedado nada", se lamenta Antonio Pulido, de 45 años. "Aquí, todavía no ha venido nadie a interesarse por los daños que hemos sufrido. ¿La noche? la pasé en casa de otro vecino".

Además del lamento por las pérdidas que la riada ha ocasionado en sus viviendas, todos coinciden a la hora de describir la inusual y virulenta riada. "En mi vida he visto algo igual. Otras veces llovió mucho, pero nunca el río se desbordó así. Yo creo que es porque no limpian el cauce", asevera Félix Salort, de 77 años, mientras recorre el curso del río entre El Verger y Els Poblets.

En las calles adyacentes al cauce del Girona, a su paso por El Verger, los vecinos, prácticamente desde el alba hasta el anochecer de ayer, no abandonaron la pala y la manguera de agua para sacar de sus casas el lodo, los escombros y las cañas. "Yo he perdido toda la maquinaria y todos los archivos de la empresa, en total más de 20.000 euros", explica Francisco Peñalver, de 51 años, dueño de un taller de fontanería. "El agua ha llegado a una altura de tres metros", añade mientras señala con el índice hacia el techo del almacén siniestrado.

Ese taller, como decenas de viviendas levantadas en la primera línea del cauce del río, es uno de los inmuebles más afectados. No obstante, la inundación se extendió en un radio de 100 metros hacia adentro, anegando las viviendas de esas calles. "He perdido todo, la televisión, la ropa, hasta el dinero y la documentación. No me ha quedado nada", narra entre lágrimas Gloria Moya, de 62 años.

Las inundaciones del viernes en la comarca alicantina de La Marina Alta depararon angustiosas escenas de rescate, como el caso de una vecina de Tàrbena, inicialmente dada por muerta. La mujer, de 89 años, quedó indispuesta a las 16.30 del viernes, con síntomas similares a los de un infarto, pero la ausencia de un médico en la población (de 700 habitantes), que no dispone de servicio en festivos, impidió que se le realizara un diagnóstico certero. Empezaba para esa familia un calvario con final feliz. "No sabíamos qué hacer ni como tratarla, y el tiempo jugaba en nuestra contra", explica el nieto. Finalmente, pasadas varias horas, optaron por recurrir a un helicóptero que despegó desde la localidad de La Vila Joiosa y que según la familia llegó a intentar aterrizar en Tàrbena a las 20.30, pero las condiciones meteorológicas hacían inviable también la operación. A las 9.30 de ayer llegó el helicóptero, que se llevó a anciana al hospital de La Vila Joiosa. "Ha sucedido un milagro, porque está bien. Los médicos no se lo explican", cuenta aliviado el nieto.

Información elaborada con aportaciones de Sergi Castillo y Rebeca Llorente.

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