miércoles, 23 de mayo de 2007

Sólo el 20% de los fumadores se plantea dejar el tabaco

La ley antitabaco parece perder fuerza: mientras que en 2006 el 36% de los españoles había intentado por estas fechas dejar el tabaco, en lo que va de año este porcentaje ha bajado al 20%, según datos de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) a más de dos mil fumadores y no fumadores que han pasado en el último año por el centro de salud.

El doctor Luis Aguilera presidente de semFYC en la presentación de la VIII Semana sin Humo, apuntó:

“Año y medio después de la entrada en vigor de la ley, podemos decir que esta norma continúa siendo un elemento clave entre los factores que animan al fumador a intentar dejar el hábito pero no se ha aprovechado todo su potencial disuasorio. Se ha generado una corriente favorable al abandono que luego no se ha visto acompañada de un sólido apoyo institucional en la mayoría de las comunidades autónomas".

Bajo el lema “Tú eres capaz. Inténtalo” esta iniciativa tiene lugar entre los días 28 de mayo y 3 de junio, coincidiendo con el Día Mundial sin Tabaco (31 de mayo). En ella participan más de 2.000 centros de salud y se lleva a cabo con la colaboración de Pfizer.

Esa falta de apoyo que denuncia semFYC está en línea con el alto porcentaje de recaídas que recoge la encuesta: el 66% de los que han intentado dejar el tabaco este año no han aguantado ni una semana sin fumar. Entre ellos, el 31% no consiguió superar un solo día sin volver a consumir tabaco. El doctor Javier Matáix, coordinador del Grupo de Atención al Tabaquismo (GAT), explicó:

“El tabaquismo es una adicción difícil de superar; por eso el sistema sanitario debe realizar esfuerzos en dos direcciones: por un lado, crear un clima favorable al abandono, y por otro tener en cuenta que en muchas ocasiones va a ser preciso el apoyo sanitario para lograrlo con éxito. El seguimiento por el médico de familia o la enfermera, la prescripción de fármacos cuando sea necesario o la derivación, en casos excepcionales, a unidades especializadas de deshabituación, deben estar disponibles en sistema sanitario público. La atención a la deshabituación del tabaco está en España considerada, con muchos menos recursos, que otros problemas de salud como pueden ser la dislipemia o la hipercolesterolemia”

Los datos recogidos a partir de las más de 3.000 encuestas hechas entre la última semana de abril y la primera de mayo revelan que la ley antitabaco ha sido un acierto para la salud según el 82% de los no fumadores consultados. Una cifra que baja al 16% cuando se pregunta al grupo de los fumadores. El doctor Asensio López, coordinador de la Semana sin Humo:

“Los que fuman han dejado de ver el lado positivo de la ley. Cuando se les formuló esta misma pregunta el año pasado, el 62% dijo que la norma era un acierto”

Los pacientes consultados no perciben que la tolerancia sea lo que predomine en la relación entre fumadores y no fumadores. Entre los primeros, sólo el 40% admite que nunca enciende un cigarro en espacios de ocio cerrados si hay cerca gente que no fuma. Los que no fuman, por su parte, aseguran que desde que se aprobó la ley dan fe de que entre los fumadores más de la mitad (53%) no tienen problema alguno para encender un cigarro en espacios cerrados. Según Aguilera:

“La controversia, e incluso el enfrentamiento, irá a más mientras no se siga la recomendación del Libro Verde de Espacios sin Humo en Europa que recomienda restricción total al consumo de tabaco en lugares cerrados independientemente de su extensión. También será preciso que las consejerías no utilicen este asunto con fines políticos y de forma populista”.

Otro dato llamativo indica que el 70% de los fumadores asegura que las campañas contra el tabaco apenas les influyen en su decisión de dejarlo. Como indica el doctor Matáix:

“Se sabe que siete de cada diez fumadores vive una relación contradictoria con el tabaco: quiere dejarlo pero le cuesta mucho tomar la decisión de forma definitiva. En ese sentido, las campañas vienen a recordarle al fumador dicha contradicción. Experimentan entonces incomodidad y malestar. En cualquier caso, está demostrado que las campañas que respetan a los fumadores terminan teniendo un impacto favorable sobre el abandono”.



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