sábado, 5 de mayo de 2007

Estilos de vida, clave para la solución

La necesidad de un cambio drástico en los estilos de vida de la población mundial es clave para mitigar el impacto del recalentamiento planetario, según concluyeron los principales expertos en la materia reunidos en Bangkok.

En los últimos momentos de la conferencia del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) dependiente de la ONU, concluida este viernes, la delegación india realizó una propuesta en ese sentido.

Los representantes del país asiático pidieron incluir en el resumen del informe final, titulado "La mitigación del cambio climático", un llamado a promover cambios en los patrones de conducta de los individuos para minimizar los efectos del fenómeno.

Esta es la primera vez que el IPCC, fundado en 1988, incluye en sus documentos una exhortación así.
La iniciativa fue recibida con beneplácito por los restantes participantes en la conferencia, que congregó entre el miércoles y este viernes a científicos, ambientalistas y funcionarios de gobierno de unos 120 países. Es la primera

"No hubo oposición. La propuesta se aprobó sin cuestionamientos", dijo Catherine Pearce, de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional.

El documento, de unas 1.000 páginas, fue objeto de encendidos debates. Se trata del tercero emitido este año por el IPPC para abordar el impacto de la emisión de gases de efecto invernadero y la respuesta global requerida.

"Cambios en los estilos de vida y en los patrones de consumo, que enfaticen en la conservación de recursos pueden contribuir a desarrollar una economía de bajo carbono que sea tanto equitativa como sustentable", indica el informe dirigido a los dirigentes políticos aprobado por la novena sesión del Tercer Grupo de Trabajo del IPCC.

"Los cambios en el comportamiento, los patrones culturales y las opciones de consumo, así como el uso de tecnologías, pueden resultar en una reducción considerable de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el uso de energía en los edificios", agrega.

Pero el énfasis en los cambios de conducta individuales no se traduce en un llamado a sacrificar estilos de vida, declararon miembros del IPCC. O, por lo menos, no debería verse en esos términos, dijo Ogulande Davidson, copresidente del Tercer Grupo de Trabajo del IPCC, en la conferencia de prensa de clausura.

"Esto es para un cambio del estilo de vida sin un cambio en el confort. La gente tiene que tratar de aceptar un umbral de confort diferente", agregó Rajendra Pachuri, presidente del IPCC.

Las organizaciones no gubernamentales que siguieron el debate manifestaron una interpretación diferente.

"Es un mensaje fuerte a los ciudadanos de Estados Unidos y Europa para que reconsideren su consumo personal de carbono en pos de un objetivo mundial común", dijo a IPS Shailendra Yashwant, gerente del equipo sobre clima y energía de la filial de Asia sudoriental de Greenpeace Internacional.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, un ciudadano estadounidense promedio requiere los recursos de 10 hectáreas del planeta para sostener su estilo de vida. Un europeo necesita unas cinco hectáreas. En contraste, un africano promedio utiliza alrededor de una hectárea.

Se prevé que el planteo indio sea atendido por China, que hoy es, junto con Estados Unidos, uno de los principales emisores de gases invernadero debido a su alta dependencia de los combustibles fósiles.

Se espera que China encabece la lista de emisores para 2009, y que India la siga de cerca en una década.

"Los chinos aplicamos el modelo estadounidense cuando adoptamos la política de economía abierta. Pero ahora necesitamos cambiar eso enfatizando en el uso eficiente de la energía y en su menor consumo", dijo a IPS David Zhou, del Centro de Investigaciones en Energía de Beijing y experto del IPCC.

"Estamos intentando crear nuevos modelos mirando a algunos países europeos", agregó.

Las soluciones para un futuro más verde propuestas en el informe tienen el objetivo de impedir que la temperatura de la Tierra aumente dos grados más, desatando una catástrofe ambiental.

Por eso, las emisiones de dióxido de carbono, por lejos el mayor contribuyente al calentamiento global, deben reducirse entre 50 y 85 por ciento para 2050, según el informe.

El costo económico de esa meta, según el panel de la ONU, que reúne contribuciones de unos 2.000 científicos, sería de apenas 0,12 por ciento del producto interno bruto anual. Las innovaciones tecnológicas ofrecen a los gobiernos una manera de avanzar en el logro de esos parámetros que se necesitan con urgencia, agregó.

Entre las tecnologías clave para la mitigación señaladas en el proyecto figuran el pasaje del carbón al gas, la energía nuclear, la hidroeléctrica, la solar, la eólica y, en el futuro, "energía renovable avanzada", como la procedente de las mareas y las olas.

"Nuevas inversiones en infraestructura energética en los países en desarrollo, actualizaciones de infraestructura energética en países industrializados y políticas que promuevan la seguridad energética pueden, en muchos casos, crear oportunidades para reducir las emisiones de gases invernadero", establece el informe.

La inversión en tales emprendimientos, que se espera totalice unos 20 billones de dólares de ahora a 2030, "tendrá impacto a largo plazo en las emisiones", agrega.

Pero es abrumador el desafío que espera a los gobiernos para dar un giro radical en su línea de suministro, dado que esa energía renovable representa apenas 13 por ciento de la demanda mundial. La biomasa es la principal fuente alternativa.

Según Greenpeace, alrededor de 80 por ciento del suministro básico de energía todavía procede de combustibles fósiles, de los cuales el petróleo cubre 36 por ciento de las necesidades mundiales y el carbón, 25 por ciento.

Los dos primeros informes del IPCC presentados este año daban un toque de alarma sobre el peligro que afrontarán las generaciones actuales y futuras si el recalentamiento global mantiene su ritmo.

Esto podría resultar en patrones climáticos extremos, desde veranos más calientes a inviernos más cálidos, aumento del nivel del mar, tormentas y huracanes más fuertes, sequías y derretimiento de glaciares.

De hecho, un aumento de dos grados en la temperatura global podría provocar la extinción de un tercio de las especies animales y vegetales del mundo, y las comunidades más afectadas serán los pobres del mundo, advirtieron los informes anteriores.

"Aunque los gobiernos tienen que tomar la delantera en hallar soluciones, los individuos también juegan su papel en la reducción de emisiones. Por eso los cambios en los estilos de vida son esenciales", dijo Ismalel Elgizouli, matemático en la sudanesa Universidad de Jartum y delegado en el IPCC.

"Si la gente solamente usa lo que necesita, se ahorrará energía sin ningún cambio en su confort. Pero eso debe ser voluntario", explicó a IPS.

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