viernes, 8 de junio de 2007

Rusia: Sida se propaga a pesar del mayor gasto en salud

Por Kester Kenn Klomegah

MOSCÚ (Rusia) - El contagio del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) continúa en ascenso en Rusia, sobre todo entre los heterosexuales y las personas que no consumen drogas, a pesar del sostenido aumento de los fondos para combatir la enfermedad.

Los especialistas advirtieron que se requieren profundos cambios en el comportamiento sexual para que la tendencia pueda revertirse.

"El dinero destinado a la prevención no es suficiente y, además, los programas en Rusia son muy limitados en términos de cobertura, sustentabilidad y efectividad", le dijo a IPS el consejero regional de la Fundación de Lucha contra el Sida Este-Oeste, Roman Dudnik.

"La enfermedad se está extendiendo entre la población heterosexual, más allá del grupo de riesgo que constituyen los adictos a las drogas y, especialmente, a mujeres que son contagiadas por hombres", agregó.

Para modificar sus hábitos sexuales, indicó Dudnik, la gente debe entender por qué los preservativos son una herramienta efectiva de protección y asumir la necesidad de su uso.

"Desafortunadamente, existen en este momento mensajes contradictorios difundidos a través de los medios masivos, donde conviven las exhortaciones a practicar sexo seguro con comentarios acerca de que no existe tal cosa", se lamentó Dudnik.

"Esto genera muchos malentendidos y confusión en las personas, lo que las lleva habitualmente a no tomar ninguna medida de prevención", dijo.

Las mujeres representan 40 por ciento de los 39.589 casos infecciones de VIH que se registraron en Rusia el año pasado. En los cuatro primeros meses de 2007 hubo 15.122 nuevos casos, siete por ciento más que en igual período de 2006.

Los especialistas señalan que los fondos de las campañas contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia humana) no están llegando donde más se los necesita. La proporción de contagios con VIH parece extenderse a medida que los fondos para prevenirlo se incrementan.

Aunque hubo una marcada reducción en el número de infectados por el uso de drogas intravenosas entre 2001 y 2005, se registró paralelamente un fuerte aumento a causa de prácticas de sexo no seguro, explicó a IPS Neill McKee, vocero de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.

McKee señaló que 40 por ciento de las infecciones notificadas durante 2005 correspondieron a mujeres y que sólo una minoría de ellas se contagiaron por la utilización de jeringas contaminadas con el virus.

"El territorio ruso es muy extenso y probablemente se estén produciendo varias mini epidemias antes que una sola gran epidemia", agregó.

Por ejemplo, la incidencia de la enfermedad entre las trabajadoras sexuales de San Petersburgo es muy alta, por encima de 50 por ciento, mientras que en Moscú, para el mismo grupo de riesgo, resulta inferior a cinco por ciento.

La explicación podría encontrarse en el hecho de que las trabajadoras sexuales de San Petersburgo son en su mayoría independientes y muchas se inyectan drogas, mientras que en Moscú están controladas por la mafia y su consumo de drogas se ve limitado, dijo McKee.

"En otras regiones, el patrón puede ser diferente y entonces planificar cómo encarar la epidemia en cada una de ellas demanda un gran esfuerzo de investigación", comentó.

"Se tiene que hacer un profundo análisis de la inversión necesaria para derrotar al VIH/sida. Esto será realmente de ayuda para colocar el foco en mayores recursos para prevención, educación para los jóvenes y asesoramiento como apoyo social para los consumidores de droga", señaló McKee.

Los preservativos se encuentran ampliamente disponibles para utilizarlos en prevención, pero muchos sectores conservadores de la sociedad rusa se oponen a una campaña intensiva para fomentar su uso.

Por otra parte, su efectividad se ve reducida si las personas también consumen drogas o alcohol, como ocurre frecuentemente en situaciones de riesgo. Los preservativos son sólo parte de la respuesta al problema, agregó.

Según los especialistas, la realización de las pruebas para detectar el virus en la sangre y el asesoramiento son apenas los primeros pasos en la prevención de la enfermedad. Para reducir el número de contagios se requieren cambios en la conducta individual, las normas sociales, las leyes, las políticas y las prácticas que generan riesgo.

En el caso de quienes consumen droga por vía intravenosa, las medidas primarias de prevención son el acceso a jeringas no contaminadas, el tratamiento efectivo de la adicción y la terapia con medicamentos antirretrovirales si ya se produjo el contagio. Nada de esto se ofrece en Rusia de manera adecuada, coinciden los expertos.

El Ministerio de Salud y Desarrollo informó que se estaban incrementando los fondos para combatir el sida, pero que sólo podrían invertirse en prevención 7,75 millones de dólares del total del presupuesto de salud de 205,4 millones de dólares.

Esto no tendrá ningún efecto importante en la solución del problema, advirtieron los epidemiólogos.

"Una importante porción debe invertirse sobre la población que utilizada drogas. Pero en realidad, parece que lo correcto es hacer exactamente lo opuesto", dijo a IPS Robert Heimer, un investigador en políticas de salud pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale.

"Existe una imperiosa necesidad de reformar los tratamientos contra la adicción a las drogas. Las estrategias basadas en la desintoxicación y la abstinencia fracasan en la gran mayoría de los casos y no pueden considerarse como un tratamiento adecuado o ético. Rusia no estará en condiciones de afrontar este problema hasta tanto cambie las leyes", agregó.

Aunque la epidemia de sida creó una situación alarmante en muchas ciudades rusas existen áreas en las que el panorama se muestra más favorable y deben ser tomadas como ejemplos de respuestas exitosas. Dos de ellas son Yaroslavl y Kazan.

En Yaroslavl, en la provincia del mismo nombre al noreste de Moscú, una epidemia de VIH entre los adictos a drogas intravenosas fue evitada gracias, en parte, a la temprana puesta en marcha de un programa de educación y la expansión del acceso a jeringas a través de las farmacias.

En Kazan, en la República de Tatarsan, centro oeste del país, las autoridades sanitarias locales destinaron recursos para el desarrollo de un programa de canje de jeringas cuando la epidemia comenzó a echar raíces.

El grado de propagación de los contagios al segmento de población que no se inyecta drogas es un aspecto que provoca grandes debates. Los adictos en Rusia son en su mayoría jóvenes y sexualmente activos. En consecuencia, programas como el canje de jeringas, el acceso a las farmacias y adecuados tratamientos de rehabilitación necesitan promover el sexo seguro tanto como el uso de jeringas no contaminadas.

"Existe una sinergia entre el tratamiento del VIH y su prevención. Los recursos deben ser empleados en ambas direcciones en forma simultánea", recomendó McKee.

Corinna Reinicke, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Moscú, indicó que desafortunadamente las actividades de prevención en raras ocasiones muestran un éxito inmediato o resultados mensurables.

"No queda claro cuánto dinero destinado a estos programas es suficiente. Canadá destina aproximadamente 10 por ciento de su presupuesto de salud a prevención, Suiza 2,4 por ciento, Francia 2,1 e Italia 0,7 por ciento. Pero en Rusia se destinó 3,7 por ciento en 2007 y los programas comenzaron apenas en 2006", dijo a IPS Reinicke, coordinadora del programa VIH/sida de la OMS para Rusia.

Reinicke declaró ser optimista por las iniciativas que se han puesto en marcha en el mundo para mejorar el cuidado y tratamiento de las personas infectadas con el VIH, pero también señaló que el número de enfermos se incrementó en todas las regiones del planeta a pesar de los progresos hacia un acceso universal al tratamiento y prevención.

La funcionaria de la OMS agregó que es necesario centrar los esfuerzos en los segmentos de población más vulnerables así como combatir la desigualdad de género y la discriminación de los enfermos.

"En Rusia sólo alrededor de 20 por ciento de la población sabe algo acerca de la transmisión y prevención del VIH. Los medios masivos deberían jugar un papel de gran importancia en este aspecto", dijo.

Nunca tantas mujeres, muchas de ellas casadas, se han contagiado en Rusia de la enfermedad como ahora.

Reinicke aseguró, basándose en un estudio realizado en dos regiones de Rusia entre hombres que tienen sexo con otros hombres, que las conductas riesgosas son claramente un motivo de preocupación respecto de la transmisión de la enfermedad. Otra investigación de 2006 en cinco regiones demostró que una importante proporción de mujeres mantenía relaciones múltiples sin protegerse contra el contagio.

Dave Paprocki, vocero del Consejo para la Salud Mundial, dijo a IPS en una entrevista realizada por correo electrónico que, a pesar de los mayores esfuerzos realizados, la coordinación de actividades para combatir el sida es el gran desafío para Rusia.

Esto se debe a la gran extensión del territorio, la autonomía de las regiones en materia presupuestaria y de toma de decisiones y al amplio espectro de entidades que compiten entre sí, agregó.


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