sábado, 9 de junio de 2007

Activistas critican compromisos del G8

Huérfano del sida con abuela en Malawi
Las agencias de asistencia humanitaria dicen que la ayuda no es lo suficientemente generosa.
Mientras que los líderes de los países más industrializados afirman haber hecho en esta cumbre de Alemania un claro progreso en la lucha contra la pobreza en África y el cambio climático, militantes de organizaciones que abogan por estas causas aseguran que las promesas nuevamente terminaron en fiasco.

Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Rusia acordaron en el último día de la reunión del G8 gastar US$60.000 millones para combatir el sida, la malaria y la tuberculosis en el continente africano.

Pero activistas de la talla del rockero Bob Geldof, organizador de los conciertos Live Aid y Live 8 para despertar conciencia sobre el impacto de la pobreza en África, criticaron los anuncios del cierre.

Bono y Bob Geldof
Esto fue poco serio, una completa farsa... no podría llamarlo de otra forma más que un total farsa.
Bob Geldof
"Esto fue poco serio, una completa farsa... no podría llamarlo de otra forma más que un total farsa", afirmó.

Geldof también agregó que en vez de comprometerse nuevamente a las mismas promesas que ya hicieron hace dos años, los líderes del G8 deberían tomarse en serio el hecho de cumplirlas.

La declaración final del encuentro reafirma el compromiso anunciado en la cumbre de Gleneagles, celebrada en Escocia en 2005, de duplicar la ayuda a África para final de esta década.

Nada demasiado nuevo

La mitad del paquete de ayuda comprometido, unos US$30.000 millones, los pondría Estados Unidos. El resto de los países del grupo proveerían el resto.

Pero la organización de asistencia internacional Oxfam asegura que sólo US$3.000 millones de ese anuncio es dinero nuevo.

Angela Merkel, canciller de Alemania,  y George W. Bush, presidente de EE.UU.
La mitad de la ayuda prometida en la cumbre de Alemania vendrá de Estados Unidos.
Por su parte, Tearfund, una agencia británica de ayuda para el desarrollo, afirma que nada en el comunicado del G8 habla de alguna medida que pueda beneficiar los términos de intercambio comercial con África, o temas clave como provisión de agua potable o saneamiento.

En materia de cambio climático, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que el G8 negociaría hacia 2009 un nuevo acuerdo dentro del marco de Naciones Unidas que reemplace al vigente Protocolo de Kyoto.

Merkel logró incluir en la declaración final el objetivo de reducir las emisiones de gases al medio ambiente en un 50% para 2050, pero sin que se hayan establecido cuotas obligatorias.

Nuevamente, este compromiso de los países industrializados por procurar cortes "sustanciales" carente de metas concretas quedó muy lejos de las expectativas de los grupos ecologistas y las organizaciones que promueven una acción firma para detener el deterioro de la atmósfera terrestre.

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