martes, 21 de agosto de 2007

Teatro gay en México: una biografía de la sobrevivencia

“El teatro gay es el realizado por gays y habla sobre la problemática gay”, dijo alguna vez Tito Vasconcelos, pero ¿realmente existe este “género teatral”? Aquí un breve recuento. Además dos especialistas hablan al respecto.

Adelaido Martínez Huitrón

El panorama teatral en México es sumamente difícil, puesto que no hay una cultura en la que la gente asista a ver obras de teatro. Independientemente de que el público no se muestre interesado, para la gran mayoría los precios son muy elevados, salvo de que la puesta en escena vaya acompañada por una sutil (y a veces descarada) dosis de controversia y polémica.

Sin embargo, existe un pequeño círculo de teatro con temática homosexual que cada vez va ganando más adeptos y conquistando a un público que está al pendiente de historias protagonizadas por hombres gays o mujeres lesbianas, pero que tienen la capacidad de hacer que el público, sin importar orientación sexual, se identifique con estas historias.

Eso sí, los tiempos han cambiado, y aquellas obras en donde los homosexuales se presentan como personajes afeminados, denigrados y ridiculizados en toda la extensión del término, paulatinamente van quedando en el olvido; es más, de un tiempo a la fecha han aparecido obras con temática gay que tocan historias más cotidianas, dramáticas y sinceras que ven al homosexual como un ser más humano, que siente, sufre y que también puede experimentar sensaciones de felicidad.

Incluso, los personajes homosexuales están traspasando barreras y penetrando en historias donde antes no hubiese sido posible. Musicales como Rent, José el Soñador, La jaula de las locas, y más recientemente Hoy no me puedo levantar, son prueba de ello, pues estos personajes son definitorios en las tramas correspondientes.

Erróneamente, se cree que toda obra de teatro que lleve implícito un desnudo masculino debe ser considerada como gay, restándole completamente importancia y credibilidad a otros aspectos relativamente importantes, como los actores o la trama misma. De igual forma, también se cree que los personajes gay sólo están diseñados para gente gay.

Últimamente también se ha hablado de teatro gay como un género dramático en el cual los protagonistas son homosexuales, principalmente hombres (desafortunadamente, el teatro lésbico es casi inexistente) o travestis que muestran su talento sin que la gente tenga lugar para tener malos pensamientos. La pregunta es, ¿existe el teatro gay en México? Que quede claro: no estamos hablando del cabaret, eso lo abordaremos en un artículo futuro.

Un poco de historia

El teatro gay en México está prácticamente emparentado con la historia de los escritores y dramaturgos gays que ha dejado este país, además, otros escritores no gays también han contribuido con su granito de arena al crecimiento del género. Así, gente como Salvador Novo, Jesús González Dávila, Nancy Cárdenas y José Ramón Enríquez, o recientemente, Alejandro Medina y Enrique Gómez Vadillo, sólo por mencionar algunos.

Para muchos, una de las primeras obras en mostrar abiertamente el tema de la homosexualidad sin la necesidad de tratar con estereotipos, fue Los signos del zodiaco, de Sergio Magaña, donde varios personajes conviven en una vecindad. Uno de ellos es un gay que aspira a ser un artista, sin embargo, el tratamiento todavía es el estereotipado. Después, vendría la clásica Cada quien su vida, de Luis G. Basurto, donde el personaje gay estaba representado junto al de la prostituta, en una interpretación en la que estos personajes están fuera de las convicciones sociales “normales” de la época.

En 1972, se estrenaba una obra teatral basada en la película del mismo nombre, Los chicos de la banda, de Mart Crowley, dirigida por Nancy Cárdenas, y que para muchos es la que realmente inicia toda esta corriente de teatro con temática homosexual en México. A Cárdenas también se le debe la puesta en escena SIDA: Así es la vida (1988), adaptación de la obra As Is, de William M. Hoffman, y que fue la primera en llevar la llamada “pandemia del siglo” a los escenarios teatrales.

Dramaturgos reconocidos como Hugo Argüelles también le entrarían al ruedo con obras como El ritual de la salamandra y Los gallos salvajes (1986), donde la homosexualidad se mezcla con el incesto y la violencia, lo que provocó comentarios negativos hacia su persona. En tanto, Jesús González Dávila crearía dos obras que hoy en día siguen reponiéndose, Pastel de zarzamora y Ámsterdam Boulevard, además de crear una historia que sería llevada al cine posteriormente: De la calle, ésta última que habla más sobre la vida de los niños de la calle.

Hoy en día, y con la apertura que se ha dado en varios sectores de la ciudad de México, es más común ver obras con esta temática, aunque vista desde diferentes ópticas. Así, hay obras que abarcan desde la comedia (En el chat, Baño turco, El re-cogido, Atrapadas en el ascensor), y el drama (Perros, Los ojos del hombre) pasando por puestas que abarcan la complejidad de las parejas homosexuales (Tal para cual, Entre las sábanas, que después se convertiría en Cama para dos). Además, diversos foros teatrales se han abierto a presentar este tipo de obras: el Shakespeare o el Luces de Bohemia, en la Condesa; el Foro de la Comedia en la Colonia Roma o el Teatro Arlequín muy cerca de Reforma en la ciudad de México, han albergado al menos una obra con esta temática.

Incluso, algunos actores de televisión han tenido participación importante, hasta protagónica, en algunas de estas obras, sin que su actuación interfiera en su carrera televisiva. Nombres como el de Raúl Magaña, Miguel Pizarro, Antonio Escobar o Daniel Gauvry, por mencionar algunos. Tal vez son estos últimos los que más presencia han tenido, gracias a su mancuerna con Alejandro Medina, con quien han trabajado en infinidad de ocasiones.

De hecho, actualmente podemos ver a Antonio Escobar en la obra Cama para dos

Hablan dos protagonistas

Por un lado, tenemos a Alejandro Medina, productor teatral de muchas de las obras que actualmente se presentan en diversos foros, como el Teatro Arlequín. Por el otro, Antonio Escobar, actor de teatro, cine y televisión que ha protagonizado otras tantas, entre ellas, En el clóset, Baño turco, Perros y actualmente en Cama para dos, lo que lo ha llevado a descubrir otro tipo de público.

Medina tiene formación actoral (estudió en la escuela de Manolo Fábregas, toda una institución en cuanto al teatro se refiere, pero se ha dedicado más a la producción y dirección de teatro, además de escribir algunas obras que se han montado con mucho éxito, como En el clóset, Cama para dos, Tres + 1, Baño turco, El re-cogido, Atrapadas en el ascensor (estas dos últimas actualmente en cartelera), sólo por mencionar algunas.

Actualmente, Medina presenta sus producciones en el Teatro Arlequín (Villalongín # 24, Col. Cuauhtémoc, frente al Monumento a la Madre), que perteneció durante años al productor teatral Antonio Haro Oliva, que fue uno de los teatros más importantes del país: “Nadie quería estar aquí, el teatro empezó a decaer, entonces vine, lo quise hacer mío, presentar las cosas que yo básicamente presento, y funcionó. El ambiente es muy cálido y viene todo tipo de gente, y sobre todo trato de cuidar la calidad de las obras para no defraudar a mi público”, expone.

Sobre la existencia del teatro gay como género, así se expresó: “El teatro es universal. Si nos vamos a los géneros, el teatro gay no existe, es sólo un modismo que se ha impuesto. Creo que lo más acertado sería llamarlo con temática gay, y es lo que nosotros presentamos”.

La participación de algunos actores con carrera televisiva en estas obras ha sido benéfica para el teatro gay: “La obra ya no depende tanto del actor, más bien, a lo que nos ayuda es un poco más con los medios, para que nos tomen más en cuenta, pero al público le interesa más la calidad de las obras. Es gratificante ver que el público llama al teatro para ver cuál es la oferta, además, hemos salido a provincia y las obras también han funcionado bien”, agregó.

Además: “Yo tengo la fortuna de tener un público cautivo que busca este tipo de temática, y la verdad, estoy encantado de trabajar con el público gay porque es el más preparado. No comparto la opinión de que la gente no vaya al teatro, sí la hay, es sólo cuestión de presentarle las cosas que ellos quieren ver”, afirmó.

Para Medina, la situación de las obras gay ha cambiado: “Antes, las obras de teatro eran dramas donde de cuestionaba si estaba bien ser gay o no, ahora ya no existe eso, tienes que montar cosas más divertidas”.

Por su parte, Escobar no se acercó al “género” por casualidad: “Acababa de regresar de Estados Unidos y me hablan del Foro de la Comedia (anteriormente manejado por Medina) para actuar en una obra llamada En el clóset. Yo nunca antes había hecho este tipo de obras; en un principio me dio miedo por el espacio, porque es muy íntimo y yo estaba acostumbrado a los escenarios grandes; pero cuando llegué, me di cuenta que es un espacio maravilloso donde sólo necesitaba actuar. Se me hizo una obra muy fuerte, pero decidí aceptar el reto”. Actualmente ese desafío continúa, pues consiguió realizar una mancuerna con Medina y otros actores como Gauvry, Humberto Medina o Ulises Iturbe.

Con respecto a su más reciente participación en teatro en Cama para dos, actualmente en cartelera, esto dijo: “Es una obra con un lenguaje universal, por que se habla de la problemática de las parejas independientemente de su sexualidad, y ha sido muy interesante”.

A pesar de tener nutrida participación en obras con temática gay, Antonio ha asegurado que está completamente seguro de su sexualidad, y que no le tiene que demostrar nada a nadie al respecto. Incluso, él asegura que no ha recibido muestras de cariño de su público gay más allá de felicitaciones, abrazos.

Sus actuaciones de homosexual en teatro las ha sabido compaginar con actuaciones en televisión, donde lleva un buen rato picando piedra. Incluso, su último personaje, en la telenovela de Emilio Larrosa, La verdad oculta (2006), fue haciendo a un gay (curioso, ¿no?). Aunque también ha hecho papeles de bueno, de malo, de maleante y ha experimentado con otro tipo de personajes.

Eso sí, también aseguró que la participación en estas obras no ha afectado en tu carrera televisiva, más bien, “se ha visto detenida porque los productores están casados con la idea de que los personajes se dan por el físico y no por la capacidad. Esa es una lucha que tenemos los actores en México y en muchas partes del mundo, que no creen en ti como actor, sino que si les das el tipo físico de acuerdo a su personaje, te contratan”, aseguró.

¿Y qué es el teatro gay para Antonio Escobar?: “Creo que existe el teatro, que es la expresión en la cual un actor puede mostrarle al público cualquier cosa que pudo haber sucedido, esté sucediendo o sea una fantasía o sueño. Yo no creo que exista el teatro gay. El arte es universal, la vida es lo que quieras vivir, más bien existen espectáculos dirigidos a la gente gay”, aseveró.

En alguna ocasión, el actor Tito Vasconcelos dijo “El teatro gay es realizado por gays y habla sobre la problemática gay” y tanto Medina como Escobar lo comprueban. Sin embargo, el “género” en cuestiónpodría también no ser más que una extensión de las temáticas de las obras de teatro convencionales. El mundo gay también adolece de infidelidad, infelicidad, adicción (o fobia) al sexo. Y obras gay hay como gente gay, los temas son muy diversos, así como también lo es el público que asiste a estas obras.

Medina considera que el problema del cual adolece este tipo de teatro, más allá del estigma, es la falta de una adecuada difusión, pero cuenta con el apoyo de algunos comunicadores importantes, como el caso de Maxine Woodside: “Creo que sí hace falta más difusión, porque muchas veces las obras son dejadas del lado en los medios y la nota principal se concentra en cierto actor”, comentó.

Por último, Escobar hace un llamado a los lectores de Anodis.com para que asistan a estas obras y se quiten los complejos: “Dejen a un lado sus tabúes, sus miedos, sus rechazos a las cosas que no conocen, dense la oportunidad de conocer antes de juzgar en un momento dado”

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