jueves, 23 de agosto de 2007

Hacia una ciudad de México positivamente gay friendly

La semana pasada, la secretaria de Turismo del Gobierno de la Ciudad de México, Alejandra Barrales, dio a conocer la intención de la misma dependencia de promover la capital del país al turismo LGBT a nivel internacional.

Gabriel Gutiérrez García

Nada más acertado desde el punto de vista de una Secretaría que pertenece a un gobierno que a dado sólidas muestras de un apoyo certero a lo LGBT y que también ha cometido "osos" en su relación al colectivo (incertidumbre en los "permisos" para la Marcha LGBT, "malos entendidos" con la autoridades del STC, etc).

Sin embargo para que este asunto no se quede sólo en buenas intenciones y se lleven a la práctica, falta un largo trecho por recorrer que implica un gran esfuerzo que es evidente no sólo depende de la Secretaría de Turismo del GDF. Para comenzar deberá de hacerse una fuerte campaña de sensibilización al interior de todas las dependencias del GDF y luego hacerlo con las autoridades a nivel federal. Esto último con los pleitos casados que se traen ambos gobiernos puede verse un tanto cuanto difícil.

En efecto, salir a dar una conferencia de prensa y anunciar que se promoverá el turismo LGBT para que éste llegue a la ciudad de México, debe de pasar de ser una nota a una realidad. El turismo LGBT tiene como todo nicho necesidades específicas y al ser diverso a su vez estas necesidades también se diversifican. Para empezar, las personas LGBT primero somos humanos, después tenemos una orientación distinta a la heterosexual, que nos hace convivir de manera distinta y buscar espacios para cubrir necesidades específicas. Hoteles, restaurantes, cafeterías, centros de diversión, discotecas, bares, teatros, espectáculos, lugares de intercambio sexual, librerías, museos, centros de belleza, etcétera. ¿Hay en la ciudad de México esta infraestructura?

Es un hecho que no contamos con ningún hotel definitivamente LGBT, se cuentan con pequeñas empresas de valientes que le apuestan al turismo LGBT y que son como puntos de luz en la oscuridad. Tenemos una "Zona Rosa" que ha sufrido de manera constante, consecutiva y puntual el acoso de los miembros de asociaciones de comerciantes y en ocasiones de las autoridades capitalinas.

Por su parte, la marcha LGBT no cuenta con el apoyo de las autoridades de la ciudad de México, ni del gobierno Federal. Tampoco hay una zona, calle, barrio o algo similar abiertamente gay. No hay un festival durante la Marcha, no hay, pues, un programa de apoyo al turismo LGBT desde la secretaria de Turismo (por lo menos no lo hay hasta ahora); no hay (que yo conozca) una guía oficial institucional de lugares LGBT gayfriendlys; no hay permisos, ni leyes en la ciudad de México que contemplen los lugares de intercambio sexual privados (los que operan lo hacen de manera clandestina y con ello, malos tratos, clausuras intempestivas, etc.)

¿Cuántos hoteles están dispuestos a poner una calcomanía de arco iris en sus puertas? ¿Y tener promociones especificas, hoteles como el Nikko, Camino Real, Radisson, etc? Además, ¿cuántos hoteles de precios más accesibles están dispuestos a hacer lo mismo? Tenemos que recordar los casos de discriminación sufridas por turistas mexicanos en Los Cabos, Baja California. Tú amigo, amiga, lector (déjame hablarte de tú) ¿cuántas veces en la ciudad de México, cuando has ido con tu ligue, amigos, amantes, novio, a hacer uso de un hotel, de un balneario, de un vapor, de un restaurante, de un bar, te han hecho mala cara? ¿Te han discriminado? ¿Te han servido bien? ¿Te sientes a gusto?

La página web de la Organización Mundial del Turismo abre con esta por demás emocionante e ilustradora, avasallante definición: “Las Naciones Unidas han conferido a la Organización Mundial del Turismo, principal organización internacional en materia turística, un papel central y decisivo en la promoción del desarrollo de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos, cuyo objetivo final es contribuir al desarrollo económico, a la comprensión internacional, a la paz, a la prosperidad y al respeto universal y la observancia de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Al perseguir este objetivo, la Organización presta especial atención a los intereses de los países en desarrollo en relación con el turismo”.

¡Wow! Está para aplaudirle, a partir de ese postulado se le puede explicar, enseñar, educar, a los funcionarios, los empresarios, los prestadores de servicios la importancia del turismo y del por qué del turismo LGBT. No se necesita ser experto para entender, pero si se necesitan expertos en la materia, que revisen los programas de educación en las escuelas de turismo; necesitamos saber cuántas tesis mexicanas se han escrito respecto al tema, saber si el o la encargada de las relaciones y la promoción del turismo LGBT que designe la Secretaría de Turismo de la ciudad de México es una persona abiertamente gay, quiénes van a ser sus colaboradores, a quiénes le consultarán.

Bien, muy bien por la propuesta de Alejandra Barrales, excelente, pero trabajemos para hacer de una declaración una realidad. El turismo es por mucho, por muchísimo, si lo queremos, nuestro mayor potencial económico. Dime ¿a ti no se te antoja un tour gay? ¡Imagínate! Llegar a Six Flags o La Feria en un grupo de personas LGBT, con guías LGBT, divertirte como enano, después tomar el camión llegar a un hotel y descansar pues en la noche habrá un tour a los bares y los antros gays mas representativos de la ciudad de México; antes cenarás en un restaurante gay friendly o de plano LGBT. Para finalizar te darán la opción quedarte en un vapor donde ligarás, descansarás o tendrás relaciones sexuales, o te llevarán al hotel si es que ligaste o vas con tu chavo o chava.

¿Sueño? ¿Estoy drogado? ¿Alucino? ¡No! Sólo aplico lo aprendido en la práctica profesional nacional e internacional y me emociona saber que por primera vez se habla del TURISMO LGBT desde la perspectiva institucional del gobierno de mi ciudad. ¿Y tú? Me interesa enormemente que me retroalimentes, nútreme con tus opiniones.

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