martes, 4 de septiembre de 2007

El fútbol gay: gol contra la homofobia

La cercanía del Mundial de Fútbol Gay y Lésbico a celebrarse el próximo mes en Buenos Aires, Argentina, nos hace remontar a la historia importante, aunque pequeña, del fútbol “homosexual”. ¿Tiene historia el balompié gay? ¿Hay jugadores desclosetados?

por Adelaido Martínez Huitrón

El fútbol puede significar muchas cosas para los gays, dependiendo de qué contexto estemos hablando. Unos son verdaderos fanáticos del llamado “juego del hombre”; otros sólo se fijan en las piernas de los jugadores (y en otras partes del cuerpo como los ojos, la sonrisa, el rostro… o las partes íntimas), y otros han traspasado las fronteras y han sabido lo que es patear un balón y jugado en algún equipo en diversas circunstancias.

Sin embargo, hasta hace un tiempo era raro encontrar equipos de fútbol (y en general, de cualquier deporte de conjunto) formados por gente LGBT. Ahora, también en el deporte, el clóset está perdiendo su poderío, tan es así, que ya estamos cerca del Campeonato Mundial de Fútbol Gay y Lésbico, a celebrarse del 23 al 29 de septiembre en los campos del Parque Sarmiento en Buenos Aires, Argentina, ciudad reconocida por diversas organizaciones LGBT como la más gayfriendly del país pampero; este torneo ya ha tenido varias ediciones, particularmente en Europa y la Unión Americana. Pero como suele suceder en estas cuestiones, las cosas no siempre fueron así.

Una historia de puntapiés

La historia del fútbol gay es muy pequeña, si tomamos en cuenta que el movimiento de liberación homosexual es algo también relativamente reciente. Pero desde que se comenzó, ha habido un crecimiento, desde pequeñas ligas donde se conformaban equipos con gente gay, hasta lo que hoy conocemos como Campeonato Mundial de Fútbol Gay y Lésbico.

De acuerdo con la Asociación Internacional de Fútbol Gay y Lésbico (IGLFA, por sus siglas en inglés), fue en 1980 cuando se conformó el primer equipo completamente gay: los Ramblers de Nueva York. Dos años después, durante la celebración de los Juegos Gays “Challenge”, que se llevaron a cabo en San Francisco, el equipo local gana a Denver por marcador de 3-0, en un torneo donde sólo estuvieron estos dos equipos presentes.

En 1986, San Francisco repetiría sede y campeonato de los Gay Games, esta vez al imponerse 1-0 a los Ramblers de Nueva York. Sin embargo, sólo participaron cinco equipos conformados por hombres; en cambio, en este campeonato se presentaron por primera vez equipos de mujeres, ganando también San Francisco. Los Estados Unidos, contrariamente a su férrea defensa de los valores familiares, han sido un baluarte en el desarrollo del fútbol gay.

Es más, en cada torneo que se realizaba, era común que ganaba San Francisco en ambas categorías, sin embargo, en 1989, en el campeonato de la especialidad celebrado en Houston, el equipo femenil de Toronto rompió la hegemonía de San Francisco y se alzó con la victoria. El año siguiente, la hegemonía sanfranciscana varonil también se vería rota, al perder por marcador de 1-0 ante Los Ángeles.

En 1990, durante los juegos gays de Vancouver, Canadá, se presentaban los primeros equipos europeos y canadienses gays masculinos. Esto dio pauta para que en 1992 se celebrara el primer campeonato europeo, donde resultaría ganador el representativo de Londres.

Para 1992, se oficializó la creación de la IGLFA, que fue fundada con el objetivo de fomentar el respeto hacia los homosexuales y lesbianas a través del fútbol, con la particularidad de que el trabajo se enfoca a clubes de fútbol conformados por integrantes del Colectivo LGBT. Sin embargo, es hasta 1997 cuando se instituye el primer Campeonato Mundial de esta categoría, teniendo como sede la ciudad de Washington D. C., donde participaron 19 equipos (cuatro de mujeres, nueve de primera división varonil y seis de segunda división varonil).

Desde 1999, este campeonato se realiza cada año, teniendo como sedes casi en su mayoría ciudades europeas y estadounidenses. Así, en ese año se celebraron en Fort Lauderdale, Florida; en el 2000, en la ciudad alemana de Colonia, y subsecuentemente en Londres (2001), Boston (2003), San Francisco (2004), Copenhague (2005) y Chicago (2006). En 1998 y 2002 no hubo campeonatos ya que se celebraron los Gay Games en Ámsterdam y Sydney, respectivamente. El próximo año, Londres será la ciudad encargada de organizar este torneo.

Esta ocasión, sale de su círculo para celebrarse por primera vez en un país latinoamericano (Argentina). Se espera la participación de aproximadamente 30 equipos, aunque aún no se confirma esa cifra. Hasta el momento los países y ciudades que ya confirmaron su participación en este torneo son: Argentina, Atlanta, Australia, Boston, Chile, Dinamarca, Dublín, Europe Mix (un conjunto conformado por gente de París, Berlín y Milán), Filadelfia, Fort Lauderdale, Islandia, Los Ángeles (con 2 equipos), Londres (con 3 equipos), Manchester, México, Montreal, Nueva York (con 2 equipos), San Francisco, Seattle, Sydney, Toronto, Uruguay, Venezuela y Washington D. C., y en otras ediciones también han participado equipos de Asia y África.

El sistema de competencia para esta ocasión no dista mucho de lo que ya se ha presentado con anterioridad, es decir, habrá un torneo para gays y otro para lesbianas, y en ambas divisiones, habrá una liga competitiva y otra recreativa. Todos los participantes recibirán un reconocimiento por su esfuerzo, aunque los tres primeros lugares se llevarán las codiciadas medallas.

¿Y cómo se gestó este histórico momento para el fútbol gay? Los directivos de la IGLFA tuvieron varias reuniones con Claudio Andrili, subsecretario de Deporte, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en septiembre pasado. Tras estas reuniones, y con la confirmación de la sede, Andrili envió una carta donde renovó este compromiso. Esto es parte de lo que dice la misiva: “Nosotros sabemos el máximo esfuerzo que debe realizarse para lograr este excelentes resultados, y además queremos trabajar con ustedes a través del reto que hay que enfrentar”.

¿Porqué no hay gays en el fútbol (al menos confesos)?

La realidad también marca que al ser el fútbol “el juego del hombre” (como le llamara el desaparecido cronista Ángel Fernández), sólo “varones” podían jugarlo. Los gays, en cambio, desde siempre han estado estereotipados y relegados a actividades consideradas como “delicadas”: la pintura y el ballet. Sin embargo, aunque cada vez este muro es más vulnerable, algo es inevitable: para un futbolista que descubre su homosexualidad, es muy difícil, por no decir que imposible, salir del clóset.

Cada vez que un jugador que sea sumamente atractivo a la vista de hombres y mujeres, no faltan los comentarios acerca de una posible homosexualidad. Así, gente como Cristiano Ronaldo, Kaká, David Beckham, Landon Donovan (a nivel internacional) o futbolistas nacionales como Duillo Davino, Oswaldo Sánchez, Francisco Kikín Fonseca o Cuauhtémoc Blanco (en gustos se rompen géneros), sólo por poner algunos ejemplos, resultan atractivos para todo público, y algunos son objeto de todo tipo de fantasía sexual. Aclaramos, no con esto decimos que ellos sean gays.

Sin embargo, cuando un futbolista descubre que su orientación sexual es distinta a la homosexual, no lo dicen públicamente por dos cosas: una, porque no es obligación y la otra, porque las consecuencias de esta confesión pueden acabar incluso con su carrera futbolística.

Y existe un caso comprobado, pues Jürgen Klinsmann, entrenador de Alemania en el mundial del 2006, que está casado con una estadounidense y tiene dos hijos (según su biografía en Wikipedia), de acuerdo con varios sitios de Internet, asumió su homosexualidad públicamente, cosa que, según, le había traído problemas, y no precisamente de rivalidad deportiva, con sus contrarios. Lo que alimentó este rumor, fue que en 1990, el presidente del Atlético de Madrid, el polémico Jesús Gil y Gil, no quiso fichar en su equipo al llamado “Bombardero de oro” en su equipo. La verdad, sólo él la sabe.

Obviamente, este es el caso más “conocido”, pero hay más. Y como vayan surgiendo futbolistas físicamente atractivos, y con talento para el balompié, saldrán más rumores, es más una condición inherente al fútbol, que parece no cambiar mucho.

Duda, te tengo

Recientemente, este torneo tuvo una gran victoria, pues Julio Grondona, presidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), ofreció todo su apoyo a la realización de este torneo. La reunión en la que se dio a conocer tal noticia tuvo lugar el pasado 30 de agosto en la sede social del organismo, donde Grondona se reunió ante miembros de la Comunidad Homosexual Argentina, que previa petición de este organismo, habían solicitado apoyo y difusión a este torneo.

Y el apoyo será completo, ya que tendrá colaboración directa con los árbitros, un estadio para que se juegue la final del campeonato y playeras de regalo para los participantes locales. Además, Grondona estará al pendiente del acontecer del mundial. Y eso no es todo. Pues algunos de los equipos no están teniendo tantos problemas para el costo del viaje (transportación, hospedaje, alimentos, etcétera).

Obviamente, con este acontecimiento, que significa un gran avance para el deporte gay, particularmente el fútbol, la duda surge en nuestras mentes: ¿qué pasa en México que el equipo gay que participará en este mundial no sólo no fue apoyado por la Federación Mexicana de Fútbol (la famosa FEMEXFUT, que sabemos persigue otros intereses), sino que ellos están costeando todo lo relacionado a su viaje para hacer una participación al menos decente?

Tal vez “nunca” sepamos la respuesta, pero al mismo tiempo, sabemos que el llamado TRI Gay hará una participación loable en este Mundial, que no será fácil, y mucho menos siendo la primera. Eso sí, esperemos que no sea lo que pasa con la llamada Selección Mayor: “Jugaron como nunca, y perdieron como siempre”.

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