Unas 10.000 personas, entre público y participantes, se dieron cita ayer en las calles de este barrio del Suroeste, en un paseo romero que ha multiplicado este año su crecimiento, ya que es la única romería que le queda a Santa Cruz.
Tras la decisión del Ayuntamiento de Santa Cruz de suprimir el paseo romero del calendario festivo de mayo, el barrio de Tíncer se ha convertido en el único referente de la capital tinerfeña para el encuentro de las tradiciones populares, junto a la célebre romería de Los Campitos. Ayer, como cada día 1 de mayo, este enclave del Distrito Suroeste celebró su paseo romero, en el marco de las fiestas en honor a la Santa Cruz.
Lejos del ambiente urbanita en el que en las Fiestas de Mayo se celebraba el extinto paseo romero, también plagado de no pocas polémicas políticas, incluso entre socios de gobierno, por la forma de entender y desempeñar las tradiciones, un Tíncer en plena expansión celebró su acto central, que discurrió entre las distintas calles del barrio y paralelo en algunos tramos a las vías del tranvía, sinónimo de futuro en una zona que se resiste a perder su pasado más reciente.
Unas 10.000 personas, entre público y participantes, disfrutaron ayer de un paseo romero en imparable crecimiento, alentado por el apoyo institucional que vuelca todos sus esfuerzos ahora en Tíncer, una vez que se ha decidido que los más de 20.000 euros que se destinaban al programa de las Fiestas de Mayo no se justificaban ni por su alto coste ni por su escaso respaldo popular.
Los responsables de la comisión de fiestas de Tíncer y de la asociación de vecinos La Cruz no ocultaban ayer su satisfacción por el apoyo popular obtenido en una celebración que empezó a experimentar en los últimos tres años su esplendor y crecimiento. Antonio Santos Arteaga, presidente de la comisión y del colectivo vecinal, dijo que estas fiestas, que se remontan al año 2009, donde el paseo romero era un encuentro más sencillo, ha resurgido en los dos últimos años con un respaldo masivo, "donde desde 2008 se contó con la participación de seis carretas y que este año se han incrementado a 14, que hemos querido limitar a esa cifra por una cuestión de organización".
Arteaga explicó que el respaldo municipal y del Cabildo" es fruto de un trabajo bien hecho por parte de la comisión de fiestas y los vecinos del barrio", que son los responsables de que esta cita con las tradiciones cuente con todos su contenidos, "favoreciendo que esta fiesta sea motivo de la auténtica fiesta y alegría canaria".
El presidente es consciente de que Tíncer se ha convertido en el único reducto romero de la capital, a la vez que presentó sus excusas por la supresión del que se celebraba en las Fiestas de Mayo, situación que, señaló, "nosotros no hemos tenido nada que ver, pero con nuestro trabajo y esfuerzo, hemos logrado que la de Tíncer haya podido crecer".
Ayer, no sólo se dieron cita los vecinos del Distrito Suroeste y del resto de la capital, sino que se contó con la presencia de grupos y personas de Arafo, Güímar, Garachico, Puerto de la Cruz o Bajamar, entre otras zonas.
En este día grande, también se celebraron otros actos festivos, como el concurso de balcones engalanados con motivos tradicionales, al que en esta tercera edición se presentaron un total de 17, aunque era muchas más las casas del barrio las que vestían sus mejores galas para recibir al visitante y escenificar las tradiciones.
También se llevó a cabo un concurso de postres, pero al finalizar el paseo romero, todos los asistentes se congregaron en la plaza para degustar una paella gigante y participar con la actuación estelar de Pepe Benavente, con el Trío Diamante, y del Morocho con la Tropichanga, así como la orquesta Perla del Norte.
A pesar de los buenos resultados, los organizadores no ocultan sus temores por su constante crecimiento y sus inconvenientes de organización, pero, según Arteaga, "apostamos por que la gente tenga fijado en sus calendarios que su cita obligada cada 1 de mayo sea el paseo romero de Tíncer".
Lejos del ambiente urbanita en el que en las Fiestas de Mayo se celebraba el extinto paseo romero, también plagado de no pocas polémicas políticas, incluso entre socios de gobierno, por la forma de entender y desempeñar las tradiciones, un Tíncer en plena expansión celebró su acto central, que discurrió entre las distintas calles del barrio y paralelo en algunos tramos a las vías del tranvía, sinónimo de futuro en una zona que se resiste a perder su pasado más reciente.
Unas 10.000 personas, entre público y participantes, disfrutaron ayer de un paseo romero en imparable crecimiento, alentado por el apoyo institucional que vuelca todos sus esfuerzos ahora en Tíncer, una vez que se ha decidido que los más de 20.000 euros que se destinaban al programa de las Fiestas de Mayo no se justificaban ni por su alto coste ni por su escaso respaldo popular.
Los responsables de la comisión de fiestas de Tíncer y de la asociación de vecinos La Cruz no ocultaban ayer su satisfacción por el apoyo popular obtenido en una celebración que empezó a experimentar en los últimos tres años su esplendor y crecimiento. Antonio Santos Arteaga, presidente de la comisión y del colectivo vecinal, dijo que estas fiestas, que se remontan al año 2009, donde el paseo romero era un encuentro más sencillo, ha resurgido en los dos últimos años con un respaldo masivo, "donde desde 2008 se contó con la participación de seis carretas y que este año se han incrementado a 14, que hemos querido limitar a esa cifra por una cuestión de organización".
Arteaga explicó que el respaldo municipal y del Cabildo" es fruto de un trabajo bien hecho por parte de la comisión de fiestas y los vecinos del barrio", que son los responsables de que esta cita con las tradiciones cuente con todos su contenidos, "favoreciendo que esta fiesta sea motivo de la auténtica fiesta y alegría canaria".
El presidente es consciente de que Tíncer se ha convertido en el único reducto romero de la capital, a la vez que presentó sus excusas por la supresión del que se celebraba en las Fiestas de Mayo, situación que, señaló, "nosotros no hemos tenido nada que ver, pero con nuestro trabajo y esfuerzo, hemos logrado que la de Tíncer haya podido crecer".
Ayer, no sólo se dieron cita los vecinos del Distrito Suroeste y del resto de la capital, sino que se contó con la presencia de grupos y personas de Arafo, Güímar, Garachico, Puerto de la Cruz o Bajamar, entre otras zonas.
En este día grande, también se celebraron otros actos festivos, como el concurso de balcones engalanados con motivos tradicionales, al que en esta tercera edición se presentaron un total de 17, aunque era muchas más las casas del barrio las que vestían sus mejores galas para recibir al visitante y escenificar las tradiciones.
También se llevó a cabo un concurso de postres, pero al finalizar el paseo romero, todos los asistentes se congregaron en la plaza para degustar una paella gigante y participar con la actuación estelar de Pepe Benavente, con el Trío Diamante, y del Morocho con la Tropichanga, así como la orquesta Perla del Norte.
A pesar de los buenos resultados, los organizadores no ocultan sus temores por su constante crecimiento y sus inconvenientes de organización, pero, según Arteaga, "apostamos por que la gente tenga fijado en sus calendarios que su cita obligada cada 1 de mayo sea el paseo romero de Tíncer".
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