miércoles, 11 de julio de 2007

Niega Italia asilo a homosexual marroquí

Un juez confirmó la expulsión de un homosexual marroquí que habría ingresado a Italia en 2005, debido a su orientación sexual. Si regresa a Marruecos podría ser considerado un criminal y cumpliría una condena de tres años en prisión.

por Nicolás Alejandro Lucas Bartolo

Alberto Polotti di Zumaglia, juez de Turín, Italia, negó el asilo de refugiado a un homosexual marroquí que había solicitado ese derecho en base a los tratados de Ginebra, ya que debido a su orientación sexual, decía sentirse perseguido en su país de origen. Ahora, Ahmed K., de 41 años de edad, tendrá que regresar a Marruecos y enfrentar una posible condena de tres años en la cárcel, además de considerársele un criminal.

Ya no hay nada por hacer, el marroquí, -que ingresó de forma ilegal a territorio italiano en 2005 y detenido en mayo de este año-, tiene que irse, pues los señalamientos en que se afirma que es un perseguido no tienen fundamento, señala el magistrado Polotti.

Al ser aprehendido por las autoridades italianas, Ahmed K. presentó un recurso contra su repatriación, alegando que en el artículo 489 del Código criminal de Marruecos, ser homosexual es ilegal y puede costarle cuando menos tres años de prisión.

Para el juez Polotti, el marroquí emigró a Italia muy tarde, pues a su edad, ahora de 41 años, es difícil demostrar que en Marruecos haya tenido algún problema a causa de su homosexualidad, “para eso tuvo que haber emigrado de su país, al menos hace dos décadas”, señaló.

El juez ha declarado hasta el momento que no revocará su decisión, esto, sin detenerse a observar la relación sentimental que Ahmed K tiene con su compañero.

Varias organizaciones ya alzaron la voz y demandaron un trato igual, como por ejemplo, en el caso de un joven albanés que obtuvo el asilo de refugiado a causa de su orientación sexual. También se señaló que si el marroquí hubiera contraído matrimonio como un heterosexual habría adquirido el permiso de residencia, como lo dicta ya desde febrero pasado la Corte de justicia de Milán.

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