Por Franz Chávez
El presidente izquierdista de Bolivia, Evo Morales, llamó a las mujeres de su país a abandonar su supuesto carácter machista y aprovechar la oportunidad histórica de ocupar más de 50 por ciento de las representaciones políticas, demostrando su capacidad de gestión.
En un acto realizado este lunes en el palacio de gobierno, Morales se declaró contrario a la aplicación de normas que establecen la participación equitativa de hombres y mujeres en política, porque a su juicio éstas limitan la posibilidad de ellas de ocupar más funciones en puestos de decisión.
Si demuestran capacidad en sus tareas, pueden ocupar hasta más de 80 por ciento de los cargos públicos, dijo el mandatario en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
No obstante, investigaciones regionales y mundiales han demostrado la eficacia de las llamadas leyes de cuota como medida temporal para eliminar las barreras que impiden el ingreso de más mujeres a la política, especialmente a los cargos de representación popular.
En la nueva Constitución de Bolivia, vigente desde febrero de 2009, la equidad de género está establecida en 25 artículos. Ahora la Asamblea Legislativa Plurinacional trabaja su traducción a políticas públicas.
Un poco más de la mitad de los 10 millones de habitantes de este país son mujeres, pero seis de cada 10 de ellas son golpeadas por la pobreza. Casi 40 por ciento son parte del mercado laboral y perciben 56,8 por ciento del salario que obtienen los varones por la misma tarea.
Además, las mujeres representan apenas 28 por ciento de los 166 integrantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Morales cree que su gobierno ha permitido una mayor participación femenina en el poder político y menciona como logro el nombramiento de 10 mujeres en su gabinete, igual número que de hombres.
Sin embargo, no perdió oportunidad de recordar que algunas mujeres han sido reticentes a ocupar tareas de Estado.
Entre ellas, se destaca el caso de la ex ministra de Justicia, Celima Torrico, una comunicadora popular de sombrero y pollera (atuendo típico de las mujeres aymaras y quechuas), quien declinó encabezar un ministerio y sugirió la elección de un hombre para ese cargo.
Torrico finalmente aceptó integrar el último gabinete de Morales de su primer periodo de gobierno, entre enero de 2006 e igual mes de este año.
"Las normas no tienen sentido si las mujeres no las hacen cumplir y ejercen sus derechos", insistió Morales.
Pero la opinión del mandatario no es compartida por la presidenta de la Asociación Nacional de Concejalas de Bolivia (Acobol), Ana María Encina, quien ejerce también el cargo de alcaldesa de la oriental ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la más importante por su liderazgo en la producción industrial.
En diálogo con IPS, Encina citó ejemplos concretos que ponen en duda la visión del mandatario indígena acerca del poco interés femenino en la política.
En este momento, Santa Cruz de la Sierra tiene un concejo municipal dirigido por una mujer, Carol Viscarra, y una fiscal de distrito investida la semana pasada, la abogada Arminda Méndez.
"Es probable que la afirmación del presidente tenga sentido en la región andina (occidente) por la forma de vida de las mujeres que se dedican a la agricultura, pero en las zonas tropicales ellas participan en los círculos de decisión política de manera abierta", comentó Encina.
"Las mujeres estamos capacitadas para cumplir tareas de ministra. No creo que sea miedo, aunque exista una formación educativa y cultural machista. Eso cambiará con una mayor educación ciudadana", previó.
El ejercicio de un ministerio en La Paz, sede del gobierno, representa un elevado costo porque implica trasladarse a otra urbe y cubrir los gastos del hogar y del sitio de residencia, pero hoy las mujeres en el ejercicio de funciones municipales están capacitadas para enfrentar el reto, señaló.
Encina citó otro caso de liderazgo femenino en el terreno donde los varones prevalecen. De las siete federaciones de cultivadores de coca, en la región central del Chapare, en el departamento de Cochabamba, cuatro están dirigidas por mujeres.
La alcaldesa explicó la escasez de mujeres en altos cargos porque carecen de dinero suficiente para financiar una campaña política. "No podríamos hipotecar nuestra casa para participar en política", apuntó.
La responsable de las mujeres en la Defensoría del Pueblo de Bolivia, Betty Pinto, expresó a IPS su satisfacción por la participación femenina en el gobierno y en la Asamblea Legislativa, pero planteó como desafío empoderar a la mujer y no solamente buscar una cuota de participación.
La mujer debe estar convencida de sus derechos y capacidades para ampliar su presencia en todos los niveles, señaló Pinto, quien observa con preocupación los puntos de vista que cuestionan la capacidad de las mujeres en las tareas administrativas y políticas.
Ese argumento "es parte del patriarcado y una estrategia antigua e histórica", concluyó.
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