El perfil de un niño judío asesinado en Polonia por los nazis cuenta con casi 5.000 amigos en la red social Facebook. Los internautas comentan conmovidos las fotografías del pequeño. La iniciativa es obra de un joven estudiante de Historia y su intención, acercar el drama del Holocausto.
Henio Zytomirski, un niño judío que fue asesinado en Polonia por los nazis hace 70 años en el campo de exterminio de Majdanek, sonríe en una vieja foto en Facebook, donde su perfil, colocado para recordar el Holocausto, ya cuenta con casi 5.000 "amigos".
En pantalones cortos y con zapatitos blancos, el niño congelado en el tiempo recibe mensajes que se acumulan en su muro, en los que los internautas comentan las fotografías de Henio, que nació en la ciudad polaca de Lublin en 1933, donde vivió hasta que la invasión alemana causó muerte y destrucción.
"No tenemos miedo a recibir críticas por haber creado un perfil de un chico asesinado durante la guerra, no creemos que eso sea un abuso", declaró a Efe el autor de la iniciativa, Piotr Brozek, joven estudiante de historia y miembro de la asociación cultural de Lublin "Puerta de Grodzka", responsable del proyecto.
"No pretendemos utilizar la historia de Henio para nuestro propio beneficio, sino que queremos acercar esa historia y el drama del Holocausto a los jóvenes que hoy usan las nuevas tecnologías y las redes sociales", dice Brozek.
La idea nació el pasado verano, cuando la prima de Henio, Neta Zytomirski, hoy residente en Israel, entregó un paquete de viejas fotografías a los miembros de "Puerta de Grodzka", un colectivo que intenta luchar contra el racismo y mantener vivo el recuerdo de Holocausto a través del arte.
"Desafortunadamente no podemos contar seis millones de historias (el número de víctimas del Holocausto en Europa), así que elegimos a Henio porque disponíamos de esas fotos, aunque es cierto que su historia es muy conmovedora", afirma el autor de la cuenta en internet.
La idea ha sido un éxito, y los comentarios se agolpan en el perfil de Henio Zytomirski, donde 35 fotografías en blanco y negro recorren su corta vida -en brazos de su padre Moisés, durante la celebración de su segundo cumpleaños, los juegos en las calles de Lublin...-, hasta la última imagen, en la que se cree que contaba con siete años.
"Tengo siete años, tengo papá y mamá, y tengo mi lugar favorito. No todos tienen papá y mamá, pero sí que todos tienen un lugar favorito. Hoy he decidido que me quedaré para siempre en Lublin, en mi lugar favorito, con mi papá y mi mamá", escribe Henio en la presentación en Facebook, seguida de un torrente de comentarios de internautas conmovidos por las palabras del pequeño.
Para el joven historiador y "padre" de Henio en la Red, "contar la historia en primera persona sirve para involucrar más a la gente, que siente así más cercanos los acontecimientos".
Una historia que terminó en el campo de exterminio nazi de Majdanek, en las cercanías de Lublin, este de Polonia, donde fueron a parar la gran mayoría de los judíos polacos de la región, incluido Henio y su familia, donde este niño perdió la vida en las cámaras de gas, posiblemente en 1942.
Desde la agrupación "Puerta de Grodzka" insisten en su humildad frente al drama del Holocausto, una tragedia que no creen que se frivolice por estar presente en Facebook, donde incluso el museo del campo de exterminio de Auschwitz ya cuenta con su propia página.
"Lo cierto es que vamos a hacer más cosas en internet porque hay muchos usuarios interesados", dice Piotr. "Por ahora los amigos de Henio son casi 5.000, el límite máximo de amigos que se pueden tener en Facebook -explica el autor-, así que tenemos que claro que haremos algo más".
Esta especie de museo virtual en que se ha convertido el perfil de Henio atrae cada vez a más curiosos, deseosos de conocer la historia de un niño convertido en el símbolo de la destrucción de la comunidad judía de Lublin, una ciudad que antes de la II Guerra Mundial tenía una población formada por un 40 por ciento de judíos.
Campos de concentración como el de Majdanek, donde fueron asesinadas unas 80.000 personas, acabaron para siempre con aquel Lublin desde el que Henio sonríe ahora gracias al milagro atemporal de Facebook.
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