Veronica Smink - BBC Mundo, Argentina
Acosados por una creciente ola de ataques sexuales, las autoridades de la provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina, anunciaron una solución drástica: en pocos meses comenzarán a aplicar la castración química a los condenados por violación.
Organismos de defensa de víctimas de violación afirman que ese número es mayor y alcanza al 90% de los violadores.
La decisión del gobernador Celso Jaque causó gran conmoción en el país y puso a Argentina en línea con otras naciones como Suiza, Francia y España, que también permiten la castración química.
El método, que consiste en administrar fármacos para disminuir el deseo sexual de los abusadores, sería aplicado de forma voluntaria.
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Sin embargo —de acuerdo con el proyecto oficial— quienes no se sometan al tratamiento perderán beneficios como indultos y rebajas de penas.
Método polémico
Reducir la libido de un violador no resuelve otras cuestiones que hacen al perfil de un abusador, como su deseo de amenazar al otro
Angélica Alfaro Lio, psicóloga.
No obstante, su aplicación es cuestionada desde diversos sectores.
Expertos en derecho advierten que la medida es inconstitucional y viola el Pacto de San José de Costa Rica.
En tanto, algunos psicólogos cuestionan la efectividad de la medida.
"Reducir la libido de un violador no resuelve otras cuestiones que hacen al perfil de un abusador, como su deseo de amenazar al otro", señaló a BBC Mundo la psicóloga Angélica Alfaro Lio.
Por su parte María Elena Leuzzi, madre de una víctima y miembro de la ONG Ayuda a Víctimas de Violación (Avivi), se mostró totalmente en contra de la castración química.
"En tanto no demuestren que es 100% efectiva para evitar violaciones, la única solución es dejar a los abusadores presos, en las mejores condiciones posibles", dijo a este medio.
¿Cómo funciona?
El tratamiento que prevé usarse en Mendoza tiene dos alternativas: una consiste en inyectar a los pacientes una vez al mes con una hormona que actúa sobre los neurotransmisores que controlan la producción de esperma y testosterona.
La otra es la toma de una pastilla diaria de acetato de ciproterona, una sustancia que también inhibe el deseo sexual.
Ambos métodos presentan efectos secundarios, que en algunos casos pueden ser graves.
A pesar de los cuestionamientos, muchos sostienen que la castración química es la solución más factible para el problema de la reincidencia de la mayoría de los abusadores sexuales.
"Es una solución a medias, pero es mejor que nada", afirmó la psicóloga Alfaro Lio, quien explicó que no existe un tratamiento psicológico para revertir la conducta perversa de los violadores.
En tanto, se informó que 11 presos por abusos ya se habrían presentado como voluntarios para el programa de castración química, que comenzará a implementarse en la provincia entre mayo y junio.
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