martes, 11 de marzo de 2008

Silla eléctrica en el banquillo

Nergui Manalsuren

NUEVA YORK, mar (IPS) - La prohibición en Nebraska de las ejecuciones en la silla eléctrica constituye un avance hacia la abolición de la pena capital en Estados Unidos, según expertos y activistas de derechos humanos de este país.

"Si la Corte Suprema de Justicia nacional se pronuncia alguna vez sobre el empleo de la silla eléctrica, la decisión de los jueces de Nebraska tendrá una fuerte influencia", dijo a IPS Richard C. Dieter, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, institución académica con sede en Washington.

Dieter, cuya organización no tiene una posición definida en contra de la pena capital, señaló que también incidirá indirectamente en un caso hoy a consideración del máximo tribunal estadounidense, relativo a la constitucionalidad de la inyección letal como método de ejecución.

El fallo que emita en los próximos meses la Corte Suprema de Justicia "establecerá criterios sobre qué castigos deben ser considerados crueles e inusuales" y, por lo tanto, prohibidos por la Constitución, explicó el experto.

El 8 de febrero, la Corte Suprema de Justicia de Nebraska, único estado que aún mantenía la silla eléctrica como método de ejecución, dictaminó que este procedimiento es "cruel e inusual".

Los diez condenados que aguardan en el pabellón de la muerte no podrán ser ejecutados hasta que el estado decida si adopta otra forma de aplicación de la pena capital, pues la silla eléctrica era hasta el momento del fallo el único aplicado allí.

"La evidencia muestra que la electrocución inflige intenso dolor y un atroz sufrimiento", escribió el juez William M. Connolly en el fallo de la Corte de Nebraska, aprobado por mayoría.

"Reconocemos que existe la tentación de que el preso sufra, así como hizo sufrir a su víctima inocente. Pero castigar la crueldad sin practicarla es sello distintivo de una sociedad civilizada", enfatizó.

Dieter pronosticó que la atención que concitó el dictamen en Nebraska provocará un debate sobre la abolición de la pena de muerte en el estado, antes de que otro método reemplace a la silla eléctrica.

"Ya hay presentado un proyecto para eliminar la pena capital. Probablemente, será discutido antes de que se decida otra forma de ejecución. Creo que tiene muchas posibilidades de ser aprobado, aunque el gobernador podría vetarlo", señaló.

En 2007, el Congreso legislativo de Nebraska rechazó otro proyecto que abolía la pena capital por un margen de apenas un voto. El gobernador David Heineman aseguró que, en caso de haber sido aprobado, lo habría vetado.

El proyecto de abolición pertenece al senador Ernie Chambers, quien promueve la eliminación de este castigo desde 1970.

"En algún momento se logrará. Las encuestas indican que la gente está a favor de reemplazar la pena capital con cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional", dijo Dieter.

Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, nueve estados mantienen hoy el mecanismo de la la silla eléctrica como alternativa a la inyección letal: Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Florida, Illinois, Kentucky, Oklahoma, Tennessee y Virginia.

Dos de ellos, Illinois y Oklahoma, sólo la aplicarían si la Corte Suprema de Justicia nacional declara inconstitucional la inyección letal.

Pero la prohibición del uso de la silla eléctrica en Nebraska podría llevar a esos estados, a su vez, en "pensar en la abolición de este método", dijo a IPS Sarah Tofte, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Nueva York.

El fallo de la Corte de Nebraska tiene especial trascendencia, según Tofte, porque se trata de un estado en el que la silla eléctrica era el único modo de ejecución.

La historia de "la silla" comenzó en 1881, cuando el dentista Albert Southwick, observó cómo un hombre ebrio se mató accidentalmente al tocar un cable eléctrico, al parecer sin sufrir.

Southwick logró convencer a sus amigos en el Congreso legislativo del estado de Nueva York de que se trataba de una forma de ejecución "humanitaria".

Desde 1884, la silla eléctrica ha sido empleada para matar a más de 4.000 personas en Estados Unidos. Nebraska la adoptó en 1913.

El juez Connolly resaltó que una parte inherente a este método de ejecución es quemar el cuerpo del condenado.

Herbert Shaps, abogado del condenado William E. Vandiver, vio salir humo del cuerpo de su cliente y percibió olor a quemado cuando lo ejecutaron en 1985 por haber asesinado a su suegro, recordó el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

Vandiver todavía respiraba luego de la primera descarga de 2.300 voltios. Se necesitaron cinco descargas más. Las autoridades admitieron que la ejecución "no salió según lo planificado".

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