sábado, 31 de marzo de 2007

Una muerte al día por el SIDA

La enfermedad se presenta con gran incidencia en la comunidad hispana

Por Carlos López Dzur - Excélsior
Entre los funcionarios de Agencias de Salud, Educación y Bienestar Público, antes producía cierta alarma el número de casos de gonorrea; número al parecer pequeño en distritos particulares y aislados, pero que causaba que unos 5,750 adolescentes (de 15 a 19 años) en promedio se ausentaran de las escuelas del país.

Sume usted. Unos 918,000 días del curso escolar quedaban perdidos por este hecho: las infecciones sexuales y los días dedicados por los alumnos a su tratamiento a expensas de sus días académicos.

Esto, sin contar lo que para el primer lustro del decenio de 1970, más de 455,000 niñas quedaban embarazadas en necesidad de un aborto.
Además, en 1974, más de uno de cada cien varones en la escuela ya había contraido la gonorrea. “Se consideraba una enfemedad no sólo fea, sino vulgar. Mal de barriadas y ghettos y de gente fornicaria, o delincuentes”, dijo la señora Elba Gaudez al presentar al Dr. Joaquín F. Torres.

“Por lo común, mucha gente no piensa que la gonorrea se padece y sigue siendo un riesgo después de la infancia; hay quien juzga que es una enfermedad de adultos y que quienes la contraen lo hacen ya en la calle.
Eso no es verdad. La gonorrea no es sarampión ni Chicken pox, pero hoy llena de nervios a toda la escuela, del más grande al más chico.

El primero que la siente es quien la padece, porque no es tan obvia como el sarampión o las viruelas”.
El Dr. Joaquín F. Torres, sicólogo clínico, con oficina en Merlo Park, al abordar el tema de “La sexualidad adolescente y sus peligros”, advierte que lo que ha sucedido, desde hace 25 años en adelante, es que, con las tasas crecientes de infecciones comunes y enfermedades venéreas, “han llegado los verdaderos monstruos. Enfermedades más terribles y mortales.

Ahora la gonorrea no es el mal que más se teme. Hoy es el SIDA y el VIH”, puntualizó.
La Oficina del Plan HIV/ AID del Condado de Orange afirma que el 38% del total de casos de SIDA en el condado es principalmente de hispanos. Hay otros 6,700 casos de infectados con el virus VIH que se distribuiyen principamente en las ciudades de Anaheim, Santa Ana y Laguna Beach. La transmisión del VIH entre la población hispana va en aumento entre el grupo de las mujeres y los homosexuales. “Los hombres casados pasan la enfermedad a las esposas y o parejas habituales”, dijo Torres.

Cada día una persona joven, menor de 25 años, muere en la nación por una infección de HIV.

El sicólogo e investigador quien ha trabajado para la Fundación Henry J. Kaiser discutió algunos hallazgos de la encuesta realizada nacionalmente por la Fundación y que se titula “Latino’s Views of the HIV / AIDS Epidemic at 20 Years”.

El grupo étnico de los hispanos, en comparación con los anglocaucásicos y afroamericanos, es quien mayor interés manifestó en adquirir información sobre la HIV / SIDA que incluya cómo comunicarse con los niños sobre el tema, cómo se realizan las pruebas de detección, dónde las realizan, el costo, cómo se le hablará a su pareja o al familiar que lo sufre, el uso de condones y, en fin, los hispanos tienen mayor sensibilidad y urgencia de hallar soluciones e informarse mejor.

Hayan sido entrevistados en inglés o en español, quieren ser examinados, aunque temen al “estigma” que trae dar positivo en la prueba.
Sin embargo, la necesidad de información y orientación sobre el tema es crucial si consideramos los siguientes hechos:
  • (1) El 55% de los hispanos considera el SIDA una epidemia y emergencia nacional de salud; el 30% de los encuestados hispanos conoce a alguna persona, amigo, vecino o pariente, que ha muerto de SIDA. Un 81% de tal encuestados opina que el SIDA se ha convertido en un problema muy serio para las personas que conocen.
  • (2) Es entre los entrevistados, de menor escolaridad, y que se respondieron en español, que surgen mitos desorientadores sobre la enfermedad. Por ejemplo, entre un 32% y 52% de los entrevistados, surgió la opinión de que besar, beber de un mismo vaso de agua, compartir el mismo taza de baño o toallas que el enfermo de SIDA haya utilizado, presenta un riesgo de infección, o bien ignoran si tal riesgo existe.
El Dr. Torres tocó brevemente el tema sobre cómo las percepciones de asuntos sociales y de salud por los propios latinos afectan las condiciones que originarían el cambio y el tratamiento. “El SIDA y el VIH crece entre grupos de homosexuales y ésto revela la presión y el estigma que se les provoca o se les induce. El sexo entre homosexuales es visto como inaceptable para la mayoría (72%) de los latinos y los afroamericanos (84%); del mismo se piensa con respecto al aborto y el divorcio, rechazado por 77% y el 40% de las familias tradicionales cuyo origen es hispánico”, destacó.

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