Hasta no hace mucho tiempo atrás, la mayoría de los hombres gays de todas las edades e incluso los actores porno, no pensaban en tener sexo sin protección, en especial cuando se trataba de sexo casual.
Pero los tiempos han cambiado.
Jay Dempsey dirige P.O.O.L. un programa de ayuda para hombres gays de Atlanta. Dempsey comienza cada reunión con un nuevo grupo preguntando si el uso del preservativo aún es parte de la conducta sexual de la comunidad local a la que cada uno pertenece.
"La respuesta siempre es ‘no’", asegura Dempsey.
El cambio del punto de vista de los hombres gays respecto a los condones habitualmente está asociado con la efectividad de las drogas que controlan el virus del SIDA que aparecieron a mitad de los 90. Esto cambió la percepción de la enfermedad, la cual pasó de ser una enfermedad terminal a ser una condición médica controlable y casi invisible. Los expertos concuerdan en que el hecho de no tener que pasar por la experiencia de ver sufrir y morir de SIDA a la gente cercana a uno ha afectado la manera en que los hombres gays encaran el tema del sexo seguro; pero que además existen otros factores que también han cambiado.
La educación sexual de los 90 que predicaba el uso del preservativo ha sido reemplazada por la devoción de la administración de Bush al no-sexo pre-matrimonial, mientras que, simultáneamente, el matrimonio se ha convertido en una imposibilidad legal para la mayoría de los gays y lesbianas de los Estados Unidos. Y mientras la gente gay lucha por sus derechos y por la aceptación de la sociedad en general, muchos de ellos siguen lidiando con cuestiones de aceptación propia, en tensión con sus familias y con dificultades en iniciar relaciones íntimas estables y responsables.
Y también están aquellos hombres gays que consideran que usar preservativo es inútil. "Hay un mensaje profundo en las mentes de algunas personas gays que piensan que si eres gays, inevitablemente te vas a enfermar de HIV," asegura Donna Futterman, profesora de clínica pediátrica y directora del programa Adolescent AIDS en el Children's Hospital de Montefiore en la ciudad de New York.
La tasa de HIV para los hombres gays y bisexuals de entre 13 y 24 años ha caído al 30 por ciento de 1994 a 1998, pero volvió a subir al 41 por ciento entre 1999 y el 2003, de acuerdo a un estudio de 10 años de duración realizado por el Centers for Disease Control & Prevention (CDC) entre jóvenes de 13 a 24 años de edad.
"Este estudio descubrió que el diagnóstico de HIV+ entre mujeres jóvenes ha declinado a un ritmo constante entre los años 1994 y 2003 en cada grupo racial/étnico y de edad que fue estudiado", enumera la vocera del CDC, Jennifer Ruth. "Sin embargo, entre los hombres jóvenes, la caída inicial fue contrarrestada por los incrementos de los últimos años, los cuales provienen prácticamente de los hombres jóvenes de entre 20 y 24 años que tienen sexo con otros hombres".
El CDC asegura que a pesar de que los diagnósticos de HIV+ están en ascenso entre los hombres gays jóvenes, estudios "indican que los adolescentes están tomando decisiones más responsables respecto al sexo", debido que cada ves más adolescentes eligen esperar para iniciar su vida sexual o intentan usar condones con mayor regularidad.
En un reporte del CDC del año 2006, el 53 por ciento de los hombres gays de entre 18 y 24 años que practicaban sexo anal aseguraron que no usaban condones con sus compañeros sexuales primarios y el 31 por ciento respondió que no usaban preservativos al momento de practicar sexo casual.
Los condones de látex existen en el Mercado desde el año 1912 y durante 25 años han sido el arma principal para luchar contra el virus del HIV/SIDA. Compañías como Coca-Cola cada cierta cantidad de años actualizan sus campañas para atraer a las nuevas generaciones de jóvenes. Sin embargo, las campañas para el uso del condón como método de prevención del virus del SIDA no han sido modificadas en décadas, según Futterman.
"Si pudiéramos transmitir el mensaje a cada generación con la misma pasión, intensidad y actualización que estas otras grandes empresas, los jóvenes no se contagiarían tanto", enfatiza Futterman." Según ella, las estrategias de prevención del SIDA deben estar dirigidas a la interacción con las diferentes razones por las cuales los jóvenes deciden no usar preservativo a la hora de tener sexo, incluyendo varias cuestiones imposiciones sociales.
"No podemos indicar que es solamente un factor el que causa que la gente no practique sexo seguro, por esta razón nuestro enfoque tiene que contemplar todos los diferentes factores", remarca Futterman, quien asegura que a causa de cierto tabú social, los condones no suelen aparecer en comerciales, películas, videos musicales y otros medios de comunicación masiva.
Los condones rara vez aparecen en las clases de educación sexual en la mayor parte de los Estados Unidos, particularmente en el estado de Georgia. El Departamento de Educación de Georgia se ha adherido a una política de incluir el predicamento de la abstinencia-hasta-el-matrimonio en sus clases de educación sexual incluso antes de que Bush ocupara la presidencia.
Con la contradicción que significa el predicamento de la abstinencia hasta el matrimonio y la prohibición de los casamientos entre personas del mismo sexo por parte de la constitución, el mensaje hacia los jóvenes gays "es básicamente que su existencia no es aceptada", analiza Futterman. Incluso los programas de educación sexual que hablan explícitamente sobre sexo no suelen lograr que los estudiantes gays se identifiquen con ellos.
AID Atlanta trabaja con algunas escuelas por medio de su programa "Pregúntanos" con el objetivo de brindarles a los jóvenes la posibilidad de obtener información de personas HIV+ de su misma edad. "Si un joven puede transmitirle su historia a otros jóvenes y decirles: 'Esto es lo que significa tener que lidiar con esta enfermedad, a pesar de que parezco una persona sana', esta ya conforma una herramienta de prevención muy potente", afirma Dempsey.
Pero a pesar de que los condones no están de moda, "esta es la herramienta que tenemos y debemos usar hasta que encontremos una mejor," aconseja Futterman.
© Traducción de Esteban Rico
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