sábado, 18 de octubre de 2008

Encarcelan por un beso en la frente

Una pareja homosexual de ciudadanos estadunidenses que residen en Playa del Carmen, Quintana Roo, denunció que fueron arrestados y encarcelados durante 15 horas.

La pareja dijo que los policias que los detuvieron les pedían dinero.

Una pareja homosexual de ciudadanos estadunidenses que residen en Playa del Carmen, Quintana Roo, denunció que fueron arrestados y encarcelados durante 15 horas, además de pagar una fianza de dos mil pesos por abrazarse y besarse en la vía pública, lo que argumentaron los policías “es una falta a la moral”.

Eric Schroeder, de 22 años de edad, hijo de madre estadunidense, y el puertorriqueño José Méndez, de 35, aseguraron que cerca de las 10:30 de la noche del pasado 10 de octubre fueron detenidos por elementos de la policía municipal de Playa del Carmen cuando en casa de uno de ellos se despedían.

“Estábamos resolviendo unas diferencias que teníamos, fueron unos cuantos abrazos y un beso en la frente. En eso llegaron, y a los dos nos pusieron esposas y nos subieron por faltas a la moral”, relató Schroeder, en entrevista, y negó que estuvieran realizando alguna actividad sexual.

Los jóvenes comentaron que antes de llegar a la Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito local “nos pasearon” mientras levantaban a más personas que presuntamente habían cometido otros delitos. “Querían dinero y al ver que no lo obtenían nos llevaron”.

Eric señaló que a su llegada a las oficinas policiacas “uno de ellos le dijo a mi novio ‘puto de mierda’ y otro comentó que lo que hicimos ya no es ilegal, ellos ya se pueden abrazar. Pero lo callaron”.

De acuerdo al relato de la pareja la policía sí tuvo conocimiento de que eran ciudadanos estadunidenses, pues hasta los encerraron en la celda 1, dedicada a los extranjeros. Sin embargo, nunca se le informó a las autoridades de EU, como lo establece el Código de Procedimiento Penales de Quintana Roo, en el artículo 22.

Schroeder señaló que el jueves pasado confirmaron este hecho con la cónsul Samantha Mason, quien les aseguró que no tuvieron en esa oficina conocimiento del caso y les brindó todo su respaldo sugiriéndoles presentar una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del estado.

El joven señaló que “éramos como cinco (en esa celda): uno de Guatemala, uno de Cuba y luego llegó un eslovaco. Nadie nos hacía caso”. A las 15 horas de encerrados señaló que un policía se ofreció a sacar dinero de una de sus tarjetas de crédito para pagar la fianza, “nos cobró 300 por el favor”.

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