"La repercusión de nuestro caso puede cambiar la mentalidad del país", afirma el padre
La pareja gay de Valencia descansa desde las pasadas Navidades con sus dos hijos en la Comunitat. Ellos crecen "fuertes y sanos", ajenos a la lucha que sus padres han entablado con el Ministerio para poder inscribirlos en el registro y que adquieran la nacionalidad española. Ahora ya disponen de la autorización.
Los dos padres se desplazaron a EE. UU. para poder cumplir su sueño: tener hijos mediante gestación de sustitución (madre de alquiler), procedimiento prohibido en España.
La gestante recibió 20.000 dólares (16.000 euros aproximadamente) aunque la ley permite un máximo de 25.000 dólares. Con este coste se pagan las bajas laborales así como otros gastos de la progenitora. A esta cantidad hay que sumar otras facturas como las de abogados, de la agencia intermediaria y de la clínica.
Los padres se muestran ahora encantados. Además, la técnica que se empleó hace "que los niños sean en un 96% nuestros y un 4% de la madre". Uno de los padres explica esta conclusión: "El óvulo es de una mujer, pero le ponen el núcleo de dos espermatozoides (que son suyos)".
El proceso requirió de tres intentos. Finalmente consiguieron los embriones y se implantaron en la mujer. De ahí nacieron sus dos mellizos.
Los trámites para lograr un hijo a través de una madre de alquiler no son sencillos, ni mucho menos. "Lo primero es una comprobación de tus antecedentes penales", explica uno de los padres. "Lo segundo, unas pruebas médicas para comprobar que no tenemos ninguna enfermedad". Y, por último, "una valoración social y psicológica de cada uno de nosotros". Este último paso consistió en más de cuatro horas de entrevista con cada solicitante.
Pese a la cantidad de trámites, no fue un proceso que se prolongó días y días, de manera casi interminable. "En una semana estaba todo solucionado y listo".
Desamparo legal
José y Juan -nombres ficticios de la pareja- dieron a conocer su caso desde el primer momento para denunciar la situación de desamparo legal en la que se encontraban. Por un lado, eran los padres reconocidos de dos menores en California, pero la legislación española no permite inscribir en el registro a un niño nacido de madre de alquiler o sin que figure su madre.
Por este motivo, el consulado de Los Ángeles decidió rechazar la solicitud. Entonces comenzó una disputa que finalmente ha obligado al Ministerio de Justicia a permitir la inscripción de los menores. Porque si no lo hacía se estaba produciendo una discriminación de sexo -dos mujeres no tendrían el mayor problema- y porque se trataba de "precisar si una filiación ya determinada en virtud de certificación registral extranjera puede acceder al registro civil español".
Los padres tenían previsto enviar ayer por la tarde toda la documentación al consulado de Los Ángeles para que las autoridades procedan cuanto antes a la inscripción de los hijos en el libro de familia.
Ahora, una vez solventado ese inconveniente, la pareja debe afrontar otros problemas. "No cobro mi prestación de maternidad desde el primer día". Según la respuesta del Instituto Nacional de la Seguridad Social en Valencia, "no cumplen ninguno de los supuestos recogidos en la ley". No descartan llevar a la Administración a los tribunales .
Los dos homosexuales consideran que con la repercusión mediática de los hechos "se puede cambiar la mentalidad del país".
Y es que durante su periplo se han encontrado con numerosas dificultades. Desde el Ministerio de Igualdad "que nos denegó la ayuda por no ser mujeres" hasta en el Defensor del Pueblo "que nos acusó de estar haciendo un fraude de ley" al haber viajado a Estados Unidos porque en España no se permite la madre de alquiler. "Nunca nos escondimos", sentencia.
Otras parejas de homosexuales, entre ellas una de la Comunitat, se encuentran en EE.UU. para seguir los pasos de José y Juan. No es el único punto del planeta al que viajan matrimonios en esta situación. Existe otro grupo que se desplaza a La India para ser padres. Y también allí se han denunciado trabas por parte del consulado, según denuncia esta pareja.
Los niños valencianos no serán bautizados, al menos, por el momento. "Los educaremos en los valores de la tradición cristiana, pero no los inscribiremos en una Iglesia que nos ataca".
La pareja gay de Valencia descansa desde las pasadas Navidades con sus dos hijos en la Comunitat. Ellos crecen "fuertes y sanos", ajenos a la lucha que sus padres han entablado con el Ministerio para poder inscribirlos en el registro y que adquieran la nacionalidad española. Ahora ya disponen de la autorización.
Los dos padres se desplazaron a EE. UU. para poder cumplir su sueño: tener hijos mediante gestación de sustitución (madre de alquiler), procedimiento prohibido en España.
La gestante recibió 20.000 dólares (16.000 euros aproximadamente) aunque la ley permite un máximo de 25.000 dólares. Con este coste se pagan las bajas laborales así como otros gastos de la progenitora. A esta cantidad hay que sumar otras facturas como las de abogados, de la agencia intermediaria y de la clínica.
Los padres se muestran ahora encantados. Además, la técnica que se empleó hace "que los niños sean en un 96% nuestros y un 4% de la madre". Uno de los padres explica esta conclusión: "El óvulo es de una mujer, pero le ponen el núcleo de dos espermatozoides (que son suyos)".
El proceso requirió de tres intentos. Finalmente consiguieron los embriones y se implantaron en la mujer. De ahí nacieron sus dos mellizos.
Los trámites para lograr un hijo a través de una madre de alquiler no son sencillos, ni mucho menos. "Lo primero es una comprobación de tus antecedentes penales", explica uno de los padres. "Lo segundo, unas pruebas médicas para comprobar que no tenemos ninguna enfermedad". Y, por último, "una valoración social y psicológica de cada uno de nosotros". Este último paso consistió en más de cuatro horas de entrevista con cada solicitante.
Pese a la cantidad de trámites, no fue un proceso que se prolongó días y días, de manera casi interminable. "En una semana estaba todo solucionado y listo".
Desamparo legal
José y Juan -nombres ficticios de la pareja- dieron a conocer su caso desde el primer momento para denunciar la situación de desamparo legal en la que se encontraban. Por un lado, eran los padres reconocidos de dos menores en California, pero la legislación española no permite inscribir en el registro a un niño nacido de madre de alquiler o sin que figure su madre.
Por este motivo, el consulado de Los Ángeles decidió rechazar la solicitud. Entonces comenzó una disputa que finalmente ha obligado al Ministerio de Justicia a permitir la inscripción de los menores. Porque si no lo hacía se estaba produciendo una discriminación de sexo -dos mujeres no tendrían el mayor problema- y porque se trataba de "precisar si una filiación ya determinada en virtud de certificación registral extranjera puede acceder al registro civil español".
Los padres tenían previsto enviar ayer por la tarde toda la documentación al consulado de Los Ángeles para que las autoridades procedan cuanto antes a la inscripción de los hijos en el libro de familia.
Ahora, una vez solventado ese inconveniente, la pareja debe afrontar otros problemas. "No cobro mi prestación de maternidad desde el primer día". Según la respuesta del Instituto Nacional de la Seguridad Social en Valencia, "no cumplen ninguno de los supuestos recogidos en la ley". No descartan llevar a la Administración a los tribunales .
Los dos homosexuales consideran que con la repercusión mediática de los hechos "se puede cambiar la mentalidad del país".
Y es que durante su periplo se han encontrado con numerosas dificultades. Desde el Ministerio de Igualdad "que nos denegó la ayuda por no ser mujeres" hasta en el Defensor del Pueblo "que nos acusó de estar haciendo un fraude de ley" al haber viajado a Estados Unidos porque en España no se permite la madre de alquiler. "Nunca nos escondimos", sentencia.
Otras parejas de homosexuales, entre ellas una de la Comunitat, se encuentran en EE.UU. para seguir los pasos de José y Juan. No es el único punto del planeta al que viajan matrimonios en esta situación. Existe otro grupo que se desplaza a La India para ser padres. Y también allí se han denunciado trabas por parte del consulado, según denuncia esta pareja.
Los niños valencianos no serán bautizados, al menos, por el momento. "Los educaremos en los valores de la tradición cristiana, pero no los inscribiremos en una Iglesia que nos ataca".
arallo [@] lasprovincias.es
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