Miles de manifestantes fueron reprimidos por fuerzas policiales con gases lacrimógenos y cañones de agua mientras protestaban contra la tala de árboles para el proyecto ferroviario Stuttgart 21 en esa ciudad.
Cerca de 15.000 personas que manifestaban en Stuttgart contra la tala de 25 de los 300 árboles que se planea cortar en el parque histórico del castillo Schlossgarten fueron bloqueadas con un cordón policial durante la noche del jueves. La policía reprimió a los manifestantes, entre ellos menores de edad, con gases lacrimógenos y cañones de agua.
La tala es parte de las medidas necesarias para llevar a cabo el proyecto ferroviario Stuttgart 21, que implica la demolición de la antigua estación principal de la ciudad para trasladarla bajo tierra. Stuttgart 21 es uno de los proyectos ferroviarios alemanes más caros de la historia. Además, el controvertido plan de ampliación de la antigua estación de ferrocarril de Stuttgart se planea introducir trenes subterráneos con 16 túneles, 18 puentes y 60 kilómetros más de vías.
Los trabajadores comienzan con la tala de árboles bajo protección pliocial.
La policía bajó a nueve activistas de organizaciones en pro del medioambiente de los árboles a los que habían escalado encadenándose a ellos y utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los que protestaban en el parque. Con un cordón de aproximadamente 1000 efectivos policiales las fuerzas del orden protegieron a los trabajadores encargados de la tala de árboles. Según voceros de la policía, las protestas “no fueron precisamente pacíficas”, añadiendo que los manifestantes les arrojaron botellas y otros objetos.
Manifestantes y policías heridos
En la madrugada del viernes la Cruz Roja Alemana atendió a unos 114 manifestantes heridos, de los cuales 16 tuvieron que ser trasladados a hospitales cercanos. Seis policías resultaron heridos y 26 personas entre 15 y 68 años fueron detenidas. Se calcula que 80 personas sufrieron lesiones oculares causadas por los gases. De acuerdo con datos policiales, entre los heridos había seis menores, cuatro de 16 años, uno de 14 y otro de 12 años de edad. La tensión provocó una escalada de violencia entre la policía y los manifestantes, entre los cuales se encontraba un grupo de escolares que, según testigos, también fueron objeto de los cañones de agua y los gases lacrimógenos.
“Política a lo Rambo”
Christian Lange, diputado del Partido Socialdemócrata, dijo que “no se puede detener a Stuttgart 21 por medio de la violencia”. “La cuestión es”, agregó Lange, “cómo salir de la espiral de violencia y de la falta de diálogo”. Tanto la oposición socialdemócrata como los verdes y la Unión de Sindicatos alemanes calificaron las medidas policiales como “política a lo Rambo” y como una “política con aplanadoras que sólo agudizará el conflicto ya existente”.
Peter Hauk, jefe del grupo parlamentario federado del partido alemán gobernante, la Unión Cristianodemócrata en el estado de Baden-Württemberg, dijo que los padres actuaron “irresponsablemente” al llevar a sus hijos a la manifestación.
Por su lado, Uwe Beckmeyer apeló a detener la construcción de inmediato. “Apelo a Deutsche Bahn a tomar todas las medidas a su alcance para prevenir futuras escalaciones del conflicto”, dijo Beckmeyer. “Es increíble lo que ha sucedido aquí”, añadió. También la Unión para la Protección a la Naturaleza y el Medioambiente exigió el cese de la tala de árboles por medio de un interdicto provisorio.
El partido Los Verdes solicitó una sesión extraordinaria del Comité de Asuntos Internos del Parlamento Federal para la mañana del viernes.
Autora: Cristina Papaleo
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