La noticia de la muerte de Mercedes Sosa, a los 74 años, en Buenos Aires, se difundió rápidamente por los medios de comunicación de Alemania, un país donde la cantante argentina llenó muchas salas de concierto. “Con su voz profunda y poderosa, Mercedes Sosa hizo famosa la música latinoamericana en el mundo entero”, escribe la edición digital del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, destacando que hasta los años 80, la artista argentina encarnó el rostro “bueno de América Latina, que resistiendo a siniestros generales y luchaba por un futuro mejor, más justo y pacífico”.
“En los años 70 y 80, naturalmente había un aspecto político” en la recepción que se brindaba a Mercedes Sosa, dice el cantautor alemán Konstantin Wecker. “Ella era una mujer de la resistencia antifascista. Así se la veía, se la apreciaba y celebraba en Alemania. Esa era una parte. Y la otra era la belleza de su voz”, señala el artista germano, subrayando que fue ella la responsable de que no haya casi nadie en Alemania que no conozca la canción “Gracias a la Vida”.
Tres Voces
Joan Baez, Konstantin Wecker y Mercedes Sosa, en 1988. Para Konstantin Wecker, ha muerto una amiga, “una persona de gran importancia para mí”. Se conocieron cuando Mercedes Sosa realizaba uno de sus primeros conciertos en Alemania y no gozaba todavía de fama. “La escuché y quedé fascinado. Tuve la oportunidad de conocerla brevemente. Y de ahí surgió el deseo de actuar juntos”, recuerda Wecker.
Ese deseo se hizo realidad en 1988, en la serie de conciertos que llevó a cabo con Mercedes Sosa y Joan Baez, con el título de Three Voices.
“Estoy muy orgulloso de que ella haya cantado también una canción mía, Ich singe weil ich ein Lied habe, Yo canto porque tengo vida. Ella pidió que se la tradujeran. Me pareció fantástico. Siempre la cantábamos juntos, yo en alemán y ella en castellano”, dice Weker.
Más allá del idioma
Konstantin Wecker, en un concierto en Fráncfort, en 2005. Para el cantautor alemán, lo más notable es que nunca pudo conversar realmente con Mercedes Sosa, ya que ella no hablaba inglés y él no domina el castellano. “Nunca pudimos comunicarnos verbalmente y, no obstante, nos comunicamos tan bien”, dice Wecker, recordando: “hablamos a través de la música y nos abrazamos. Eso bastaba”.
La magia del entendimiento más allá del idioma se daba también con el público alemán. “Cuando uno escucha una vez a Mercedes Sosa, queda rendido a sus pies, queda cautivado. Ella tiene algo en su voz, toda su alma habla a través de ella”, subraya Wecker, dando rienda suelta a su admiración: “quien no se deja tocar, no puede ser un ser humano. Toda su historia está en su voz. Su valor, su resistencia, su fuerza. También su sabiduría. Todo eso se percibe, y también el calor que irradiaba. Ella cautivó al público alemán desde el comienzo. No hay que saber castellano para amar y entender a Mercedes Sosa”.
Autora: Emilia Rojas Sasse
Editora: Claudia Herrera
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