Teniendo en cuenta las manifestaciones hechas en nombre de Mehdi Kazemi y a la luz de las nuevas circunstancias desde que se tomó la primera decisión, "he decidido que el caso se debe reconsiderar a su vuelta al Reino Unido desde Holanda", declaró Smith. Aunque las palabras de la ministra no suponen un compromiso de que le dará asilo político, parece imposible que el joven acabe siendo deportado a Irán. A pesar de ello, Boris van der Ham, diputado liberal de izquierda holandés, paralizó la expulsión a Londres remitiendo una carta a la secretaria de Estado de Justicia, Nebayat Halbayrak que ésta deberá contestar antes de dar cualquier orden de salida: "Las noticias que llegan de Reino Unido son buenas, pero aquí el asilo se concede automáticamente a un gay iraní perseguido en su tierra. Por eso solicitamos a Justicia que se asegure de que podrá quedarse en Londres, o en Europa. Si no, La Haya podría darle asilo".
Europa y el asilo
El caso de Kazemi muestra los riesgos de la normativa europea de asilo, que impide la doble petición de refugio en la Unión. Al no dejar margen a los diferentes grados de generosidad de las distintas legislaciones nacionales, los colectivos gays y de derechos humanos han apelado al Parlamento Europeo.
Exigen la revisión del caso, al igual que 63 representantes de la Cámara de los Lores. Mientras se aclara su futuro, Kazemi está "abatido y frustrado" en un centro de detención de Rotterdam. Según su abogado, Borg Palm,"le duele que primen los formulismos sobre las personas".
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